Murciélagos en la ciudad: ¿Aliados o amenaza?

A pesar de no ser animales agresivos ni peligrosos en su comportamiento normal, los murciélagos nunca han gozado de buena fama, generando pánico y rechazo por estar asociados usualmente a enfermedades.

Sin embargo, basta con sumergirse un poco en su mundo para cambiar de parecer. Estos mamíferos, los únicos en su clase que pueden volar, reciben el nombre científico de quirópteros y en realidad tienen dietas muy variadas. Sin embargo, dos tercios de las actuales especies, la mayoría de ellas habitantes de las ciudades, son insectívoras.

Es decir, son controladores biológicos de plagas como mosquitos, polillas, moscas, entre otros. Otro gran porcentaje son frugívoros, alimentándose de frutas y néctar, y polinívoros, es decir, que se alimentan de polen. Estos también cumplen un rol ecológico clave, ya que ayudan a mantener el equilibrio del ambiente dispersando semillas, algo fundamental para la regeneración de nuestra flora.Estos consumen por noche un 50 % de su peso en alimento.

Eso quiere decir que una colonia pequeña (de unos 180 a 200 individuos) consume aproximadamente un kg de insectos por noche. Si no existieran los murciélagos y se suman los millones que existen, esta cifra alcanzaría miles de toneladas de insectos al año dañinos para la agricultura. Por otra parte, algunos murciélagos se alimentan de frutos y dispersan las semillas, lo cual ayuda a regenerar los ecosistemas.

Por su importancia está protegida por la Convención sobre Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres, más conocida como la Convención de Bonn, un tratado intergubernamental que obra por la conservación de la vida silvestre y de sus hábitats a escala mundial, y que fue ratificado en nuestro país por la Ley Nacional 23.918 como así también por la Ley de Caza N°4.601 modificada en 1996 y su Reglamento, por lo que se prohíbe su caza o captura.

Según la organización Aves Argentinas, los murciélagos urbanos, los cuales antes se refugiaban principalmente en cuevas u oquedades de los árboles, se han adaptado a interactuar con nosotros y ahora también utilizan espacios en desuso, edificios abandonados, puentes, taparrollos de persianas, entre otros espacios oscuros y cerrados. La utilización de construcciones humanas a modo de sitios de descanso, cría, o hibernación no constituye amenaza alguna.

Lo primero que tienes que hacer es no entrar en pánico. Si el murciélago entró a tu domicilio debes facilitarle su salida. Debemos tener en cuenta que un murciélago “atrapado” en una casa estará nervioso, y en caso de querer manipularlo intentará defenderse con aleteos y mordidas. Nunca manipules un murciélago con las manos desprotegidas. Para retirarlo de tu domicilio tienes que capturarlo cuando esté posado sobre una pared y seguir los siguientes pasos: 1) conseguir una caja de zapatos, 2) cubrir el murciélago con esta, con mucha precaución para no lastimarlo y con las manos protegidas

con guantes gruesos de cuero, 3) deslizar una hoja de cartón entre la pared y la caja, asegurándose de que el murciélago quede en el interior y tapado con la hoja decartón acondicionar pequeños orificios a la caja para que esté ventilada y colocar algún trapo dentro de la caja y un recipiente pequeño con agua noche para abrir la caja en el exterior para su liberación, lo adecuado es que sea en un lugar alto, como una ventana o en una azotea, para que el murciélago pueda emprender vuelo por su cuentapara que el murciélago pueda beber, 5) por último, si el murciélago fue capturado en el día, esperar a que sea de noche para abrir la caja en el exterior para su liberación, lo adecuado es que sea en un lugar alto, como una ventana o en una azotea, para que el murciélago pueda emprender vuelo por su cuenta

Por último, en caso de que encuentres un murciélago muerto, lo mejor es que lo entregues a un biólogo o veterinario interesado en fauna silvestre, él sabrá qué hacer con él.

Son feos, si pero son útiles y no agresivos ¡Claro que si! por eso, la próxima vez que te topes con alguno de ellos, antes de querer matarlos, recuerda sus beneficios (aunque sea) y déjalos que huyan. –