Bahl juntó al ala K del sindicalismo

Adán Bahl juntó al ala sindical más identificada con el kirchnerismo. Recibió en su despacho al secretario general de la CTA Entre Ríos, Luis Gálligo y el dirigente gremial de ATE, Miguel Pelandino. Entre los temas analizados, acordaron formar una mesa de diálogo. Luego del encuentro, Gálligo relató: “Fue una reunión positiva; sabemos cómo trabaja el vicegobernador y acordamos seguir dialogando porque queremos que nos escuchen, que se tenga en cuenta nuestra opinión, la del sector gremial, porque somos una pata importante en la mesa político-social de nuestra provincia y nuestro país”.

Según Gálligo, uno de los temas centrales fue la situación actual de la Uader, la de sus trabajadores y en ese sentido aseguró: “Aunamos criterios de trabajo. También conversamos sobre el tarifazo energético; razón por la cual estuvieron presentes los compañeros del Sindicato de Salto Grande. Ellos vienen con una problemática en cuanto a cómo se está manejando este sector, sin presupuesto para inversiones o reinversiones”, sostuvo el gremialista.

Gálligo destacó la figura del vicegobernador a la hora de hablar de política: “Hablamos del escenario político, ya que a nosotros nos interesa ir en contra de lo que se quiere instalar hoy la anti política. Es importante haber hablado de política con una persona como Beto y de su visión de la realidad de la provincia y del país”, resaltó. Y seguidamente anunció: “De cara al futuro, estamos convocando a la unidad del movimiento obrero por la situación que tenemos con este gobierno liberal, que nos está ahogando”.

En tanto, Pelandino hizo un balance de la reunión a la que consideró “altamente positivo”. “Vamos a formar una comisión a los efectos de tener una mesa de diálogo para seguir profundizando en el debate estas cuestiones, tan importantes para nuestro sector”, subrayó. La ofensiva del gobierno provincial está orientada a meter una cuña en la dirigencia sindical, aprovechando las fisuras que se producen en el movimiento obrero. En este sentido, los fuertes cruces producidos entre el gobierno provincial y los gremios que agrupan a la mayoría de los estatales, como ATE y AGMER, obligaron al Ejecutivo entrerriano a desplegar una estrategia mediática que atempere, aunque sea en parte, los magros resultados obtenidos de las negociaciones con los sectores más combativos del sindicalismo.

La mesa de diálogo, como herramienta institucional de negociación o debate, no es voluntad de un grupo de trabajadores, por más cercanía que tenga con el gobierno. Se trata de una instancia obligatoria que las autoridades deben respetar, al igual que los trabajadores. El encuentro del Vicegobernador con un grupo de dirigentes es también una práctica válida, pero que puede obtener sólo resultados políticos o periodísticos, pero no concretos.