Desde la central hidroeléctrica, que tiene incidencia sobre la altura del río Paraná en Argentina, dijeron que la expectativa es que las lluvias permitan “la recuperación de embalses”, aunque los pronósticos no son del todo optimistas.
La producción de energía de una central hidroeléctrica tiene una relación estrecha con el agua que reciben sus embalses, y ese caudal posee correlación directa con las lluvias o la falta de ellas.
De ahí la importancia de que “se haya iniciado el periodo de lluvias en este mes de octubre y que, según pronósticos de las agencias meteorológicas, se extenderá aproximadamente hasta abril del próximo año”, anunciaron desde la represa binacional de Paraguay y Brasil, en su frontera sobre el río Paraná.
En ese sentido, el superintendente de Operación de la Central Hidroeléctrica Itaipú, Hugo Zárate, explicó que se están preparando para este periodo de lluvias, que comienza ahora, y “la expectativa es que se den dentro del promedio esperado, para la recuperación de los embalses, aunque los pronósticos indican que estarían por debajo de los promedios mensuales”.
“Hay que tener en cuenta que para este octubre se pronosticaban precipitaciones en torno al promedio que es de 200 milímetros por mes. Sin embargo, a mediados del mes ya estuvimos muy próximos a la cifra señalada. Eso nos alienta; esperemos que siga lloviendo y que las precipitaciones sean favorables”, acotó.
Recordó que, desde el segundo semestre del año 2019, existe una recesión de precipitaciones, lo que hace que se resienta el caudal afluente al embalse de Itaipú y esta situación, a la vez, tiene consecuencias en la producción.
“Estamos a la expectativa y tenemos los informes de las agencias meteorológicas mundiales que dicen que, en este periodo de lluvias que comienza ahora, las precipitaciones estarían por debajo del promedio. Esa no es una buena noticia después de dos años de sequía; lo interesante sería que las lluvias sucedan al menos en el promedio o inclusive superior al promedio, para que se normalice el almacenamiento de agua en los embalses y se inicie el proceso de recuperación”, puntualizó Zárate.
Asimismo, manifestó que, en consecuencia, no se espera que la crisis de falta de agua se solucione antes del año 2022, por lo que seguirá una situación bastante complicada en lo que respecta al almacenamiento de agua.