Día de la Memoria, Verdad y Justicia

A pesar de la situación imperante, la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad recordó la fecha a través de una carta escrita por la nieta Nº 126 Adriana Julia Garnier Ortolani, carta que sería leída en el acto de hoy y que se ve suspendido por el Aislamiento Social decretado por el Gobierno nacional.
Hoy no habrá acto. Pero igualmente las banderas de la Plazoleta de los Derechos Humanos situada en Yrigoyen entre Reibel y Maipú se verán enarboladas. Darío Barón, Director de Derechos Humanos de la Municipalidad destacó que hoy es una fecha importante. “No nos permitimos olvidar a los uruguayenses que perdieron su vida en una época oscura como la dictadura militar en la Argentina”.
La oradora del acto iba a ser la nieta recuperada Nº 126 Adriana Julia Garnier Ortolani, que de todas maneras estará presente con sus palabras en este día: “Este es el tercer año en el que estoy recorriendo el camino de la verdad. Desde aquel 4 de diciembre de 2017, -que nunca dejaré de sentir que fue un sueño -, me vi sumergida en un sin fin de emociones, experiencias y sobretodo, verdades. Encontré a mi familia que siempre me buscó y con ella, mi identidad.
Como siempre digo con el pecho inflado, ahora sé quién soy. Algo tan simple para la mayoría de la gente que siempre supo quién es, pero tan anhelado por mí, ya que fue un derecho que me arrebataron al nacer. Para mí, suena increíble!
Este año me encuentra mejor plantada en mi vida, después de estar súper feliz hasta rozar la manía, el primer año. Un poco depre e introspectiva, el segundo. Tal vez por concéntrame en la historia de amor y de lucha de mis viejxs y en todo lo que me perdí de vivir con ellxs. Lo que no fue, me duele y dolerá por siempre, sólo que ahora aprendí a vivir con eso.
Hoy pensarlxs me hace fuerte y me entiendo más como persona, porque conociéndolxs, encontré muchas respuestas respecto del porque soy como soy. Y otras tantas descubrí que tienen que ver sólo conmigo, que quedan en el misterio propio de la existencia. Pero lo más importante es que ahora también sabré con más claridad cómo quiero ser.
Hoy disfruto siendo nieta, sobrina y prima. Y trato de colaborar con Abuelas, desde mi lugar de ciudadana, en sembrar conciencia y memoria sobre lo sucedido, para nunca más ocurra nada similar y nunca se deje de hacer justicia. Eso siempre va a ser mi norte. Concluyendo les puedo decir que hoy me siento una persona completa y libre como nunca lo fui antes.
En mi vida anterior solía pedir permiso y aprobación para casi todo. Ahora eso cambió, es raro porque soy la misma pero diferente, mejor. Se me agregó la parte que faltaba de mi rompecabezas.
Todo esto se lo debo a las Abuelas de Plaza de Mayo quienes con su inclaudicable e inmensa lucha me han traído a esta nueva vida, MI VERDADERA VIDA, y lo mejor es que en ella puedo reconocerme en el rostro de mamá y papá.
Gracias infinitas a ellas, a mi familia que nunca dejó de buscarme y a les que como mis padres luchan por un mundo más justo e igual para todos y todas”.