Ex empleados del corralón: «Nosotros no somos culpables de la estafa…»

Se sigue sumando acusaciones por estafas el supuesto «Corralón Americano» de Paraná el que, según consta en las denuncias, pactaba la venta de materiales para la construcción por importantes montos de dinero, que luego no entregaba. Ahora, se suman los ex empleados que acusan al gerente de no haberles pagado sus sueldos y ante Elonce TV advirtieron que reciben amenazas por parte de los damnificados.

«Nosotros no somos culpables de la estafa, solo hicimos nuestro trabajo, que era el de vender», se defendieron los ex trabajadores del corralón denunciado por estafas que alcanzan cifras millonarias.

«Nosotros no somos culpables de la estafa, solo hicimos nuestro trabajo, que era el de vender. Esa era nuestra obligación porque si no vendíamos, nos trataba mal porque él solo quería plata», explicó un ex empleado de Corralón Americano, Brian Villagra.

Al desligar de las estafas a los ex trabajadores del corralón que funcionaba en calle Pronunciamiento 433, advirtió que son blanco de amenazas de parte de los clientes estafados: «Ya vinieron con armas de fuego, y hasta patearon la puerta a la compañera que ahora vive donde antes era el corralón», indicó el joven.

El gerente de «Corralón Americano», Jonathan E., fue denunciado en la Fiscalía de Paraná por haberse quedado con altas sumas de dinero de unos 60 clientes con los que acordaba la venta de materiales para la construcción que nunca entregaba.

El mecanismo de la estafa perpetrada por Jonathan E. consistía en cobrar por adelantado los pedidos de materiales para la construcción mediante depósitos, transferencias o en efectivo. El hombre otorgaba plazos de entrega de los mismos, que tras su vencimiento iba postergando y dilatando con argumentos falaces. Por ejemplo: «Estoy viajando a Córdoba porque tengo los camiones parados allá, porque los choferes se gastaron la plata del combustible» (el denunciado no tiene ningún camión). O que estaba esperando que le paguen una deuda. Siempre como si fuera una víctima de terceros.

«A los clientes les pedía el 50% de un camión con 42 palets que valía 162.000 pesos y les hacia depositar 64.000 pesos, pero iba a retirar la plata y nunca llegaban los materiales», contó Villagra al estimar que los damnificados «son más de 60 clientes».

«Por semana vendíamos unos 500.000 pesos», reveló el ex empleado a Elonce TV. La mayoría de las personas efectuó depósitos por montos que rondan los 300.000 o 400.000 pesos. Por lo tanto, se calculan en varios millones de pesos las ganancias ilícitas por parte de Jonathan E, quien sería oriundo Paraná, pero estaría domiciliado en la provincia de Córdoba.

De acuerdo a lo que comentó Villagra, en el galpón «se atendía al público y se hacían los repartos; era como un depósito». Según recordó, él ingresó en el mes de agosto, pero que el corralón funcionaba desde hacía unos cuatro meses antes. «Éramos unos 10 empleados en blanco y otros cinco que trabajaban en obra», acotó al respecto.

Por su parte, otra de las ex trabajadoras, Micaela Muñoz, contó: «Nosotros fuimos suspendidos a principio de noviembre, y en esa semana, los compañeros de carga y descarga nos contaron que una mujer fue con policías y su abogado… ahí empezamos a ver que las cosas se estaban poniendo complicadas, que había algo raro».

«Presentamos la renuncia porque sabíamos que no nos iban a pagar más, porque, así como no les devuelve el dinero a los clientes, a nosotros tampoco nos iba a pagar», coincidió Villagra.

Según Muñoz, los ex empleados se presentaron «voluntariamente» en Fiscalía, pero -según reveló- no les tomaron la denuncia y los derivaron a Delitos Económicos. «Ahora quedamos a disposición de los damnificados para lo que nos necesiten, para aportar datos», comentó.

La mujer, que por cuestiones de vivienda tuvo que mudarse al local donde funcionaba el corralón, advirtió que «hubo clientes que se presentaron con pistolas a reclamar el dinero».

Los estafados ya serían más de 60 y no sólo de la provincia de Entre Ríos, sino de gran parte del país como Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Jujuy y Chaco.

El testimonio de una damnificada