La UCR prepara su congreso en la provincia

Es por el resultado electoral del 27 de octubre, inesperado para muchos. El último congreso ordinario del año promete adquirir un tono distinto en una UCR que apostará a un mayor protagonismo en Cambiemos. La reunión del máximo órgano partidario de la UCR entrerriana aún no ha sido convocada y tiene como fecha tentativa el sábado 16 de noviembre.

La asamblea –única en su tipo en la política entrerriana- que reúne a congresales de toda la provincia y que el radicalismo se empeña en sostener como un ámbito de debate partidario, cobrará un especial tono de celebración, debido a los resultados de las elecciones presidenciales en la provincia.

Algunos dirigentes y militantes lo plantean como una posibilidad de “festejo”, en un año que ha sido duro para el partido y que termina bien por haber revertido el resultado de las primarias en la provincia y con ello, recuperado para el partido el histórico espacio que ocupó en el Senado de la Nación. Por haber, en suma, hecho realidad lo que para muchos no era más que un discurso motivador para la militancia.

La recuperación de la banca en el Senado es importante para la UCR, no sólo de Entre Ríos, sino del país. Pero en el caso de la provincia tiene además un sentido particular, si se toma en cuenta que ese espacio en Congreso de la Nación fue perdido en las elecciones de 2013, a manos de Alfredo de Angeli, que entonces hacía su debut en política impulsado por Rogelio Frigerio, en ese momento aliado al ex gobernador Jorge Busti, el padre del peronismo contemporáneo de Entre Ríos.

De Angeli, como figura emergente de aquella elección, había desplazado a la UCR, que llevaba como candidato a Atilio Benedetti. Hoy le toca sanar esa herida a Stella Olalla, que pertenece a la corriente interna que lidera Benedetti y que fue a estas elecciones secundando en la boleta a De Angeli. La notable remontada electoral de Cambiemos en Entre Ríos –inesperada para muchos- fortalece a la coalición, que desde diciembre, con el PRO fuera del poder, iniciará una etapa de mayor horizontalidad en las relaciones entre sus socios.

Los radicales vienen de cuatro años de una convivencia con el PRO que les deparó los beneficios lógicos de la cercanía con el poder, junto con una serie –para muchos desproporcionada- de amargos sapos que tuvieron que tragar para mantener la sociedad que les devolvió presencia en municipios y espacios legislativos.