Leandro Toro Palladino: “Fue un privilegio” integrar la llamada Generación Dorada’

El uruguayense Leandro Torito Palladino repasó su trayectoria el Instagram Live de la Liga Nacional de Básquet y recordó grandes momentos con Atenas y la selección argentina. Surgido del Tomás de Rocamora, luego jugó en Atenas de Córdoba y en equipos de la Liga Italiana y la Liga ACB de España.


El entrerriano Leandro Palladino fue invitado a participar en el Instagram Live de la Liga Nacional. El Torito, uno de los jugadores más emblemáticos que ha tenido la historia de la competición, se brindó a una amena charla repasando su carrera y los grandes momentos que vivió a lo largo de su trayectoria, tanto dentro de La Liga como así también en la selección y en sus pasos por el exterior. Entre ellos, el subcampeonato en el Mundial de Indianápolis 2002 con la Generación Dorada “Estar dentro de ese grupo para mí fue un privilegio”, graficó.


Casualmente, este 24 de mayo se cumplieron 22 años del título de Liga que Atenas consiguió en 1998. Fue en la definición ante Boca Juniors, disputada en el Luna Park y con victoria por 111-90 en aquel cuarto partido para cerrar la serie por 4 a 0 y darle al Griego el quinto título de historia.


«Son 22 años de esa final en el Luna Park. Fueron unas finales increíbles y una de las finales más lindas. Tanto Boca como Atenas eran dos equipazos, pero pudimos nosotros lograr ese histórico 4 a 0. En ese Atenas compartí equipo con los mejores jugadores, como Marcelo (Milanesio), Pichi (Héctor Campana), Fabricio (Oberto) que estaba en un enorme nivel. Aprendí un montón, yo era un pibe de 23 años, así que para mí fue un periodo de aprendizaje muy grande».


En el 97, y ya siendo parte del plantel de Atenas, el uruguayense integró el recordado equipo cordobés que participó del Open McDonald’s. Todos rememoran aquel torneo como el mejor de su historia, con unos Chicago Bulls sumergidos en un momento magnífico que arrasaron en el certamen. Atenas estuvo a solo nueve segundos de jugar la final del torneo contra los Bulls de Michael Jordan, pero un triple del lituano Arturas Karnisovas amargó el sueño del Griego en semifinales.


Atenas perdió ese partido ante Olympiacos en la última bola por 89-86, y eso lo privó de poder acceder a la final del torneo. Chicago sería el campeón de ese certamen, y Atenas tercero ya que tras en semis le ganaría al día siguiente al PSG por 88-78.


«Ese torneo McDonald’s no solo para Atenas sino para todo el básquet argentino marcó un antes y después. Estuvimos a segundos de jugar contra Chicago Bulls, creo que fue una bisagra para que los distintos países depositen sus ojos en el básquet argentino. Después vendría la Generación Dorada».


El Torito fue parte del proceso de selección que encausó a la Generación Dorada, una camada histórica que sembró y cosechó todo un legado, que dejó una huella muy grande y que se transformó en una verdadera inspiración para futuros procesos. Si bien el entrerriano no llegó a jugar Juegos Olímpicos, sí estuvo en Sudamericanos, el Premundial del 2001 y en consecuencia el Mundial del 2002.


“Se me dio la oportunidad, fui sumando minutos en Atenas y eso también me fue llevando a la selección. Es lo máximo a lo que uno puede aspirar. Se dio de entrar en una camada con mucho talento y muchas ganas de triunfar, y se dio algo muy importante. Todo lo que hizo la Generación Dorada es muy grande”, destacó.


«Se lograron cosas muy importantes, estar dentro de ese grupo para mí fue un privilegio. Muchos quieren estar ahí y solamente un puñado pueden estar, creo que eso resume un poco lo que significa», agregó.


Para 2002, Palladino fue partícipe de la selección argentina que le ganó a Estados Unidos en el Mundial de Indianápolis, tras imponerse por 87-80 en la fase de grupos. Argentina terminaría en el segundo puesto de aquella cita mundialista, y sin dudas aquel triunfo ante el local fue por demás resonante ante un equipo de estrellas como Paul Pierce, Andre Miller, Michael Finley, entre otros.


«Fue un momento histórico ganarle al Dream Team, éramos los primeros en ganarles a un equipo con jugadores de la NBA. Todos te lo recuerdan siempre. En ese momento todas las delegaciones salieron a aplaudirnos, lo cual también demuestra la importancia que tiene. Cuando uno en este tipo de torneo está con la adrenalina habitual de un torneo corto, y se le da un valor pero no le puede dar esa importancia que quizá realmente tiene sobre todo con el paso del tiempo. Realmente fue algo muy importante para el básquet no solo nacional sino también internacional».


Más allá de que en nuestra Liga Nacional fue reconocido por sus años en Rocamora de Concepción del Uruguay, Atenas, Ben Hur de Rafaela y Boca, cabe recordar que el uruguayense también tuvo un paso de varias temporadas por el exterior, jugando tanto en la LEGA de Italia como así también en la ACB de España.


«Me fui en el 2000. Voy a Viola Reggio Calabria que era el anterior equipo de equipo de Manu (Ginóbili). Ese año me toca estar con Carlitos Delfino, el Puma Montecchia. Ese año me sirvió muchísimo, el entrenador me dio mucha confianza y protagonismo, ese año me terminó puliendo como un dos más tirador», recordó sobre su función de escolta.


«Después pasé por Nápoles, que tuve una de las lesiones más duras de mi carrera. Después voy al Tau Cerámica, y un paso por Tenerife. Volví a Argentina para jugar en Ben Hur, me volví a Italia para jugar en Novara, y de ahí me voy a Bulgaria. No me quedé más, y después ya me volví, jugué en Central Entrerriano, Boca, un año en Atenas y terminé retirándome en el club donde arrancó todo, en Rocamora», rememoró sobre el Rojo uruguayense.