«Para muchos jóvenes y adultos, la pandemia significó postergar la educación»

En vísperas de la realización del encuentro regional sobre educación de jóvenes y adultos que organiza la Sede Uruguay de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (UADER) conversamos con la Mg. Amalia Homar* acerca de los diferentes problemas, tensiones y desafíos que atraviesa en la actualidad la educación de jóvenes y adultos en la provincia de Entre Ríos, tomando como punto de partida la idea que la educación es un derecho social y la escuela un espacio de construcción colectiva y democrática. Compartimos aquí algunas de las reflexiones más importantes.

-Dentro de sus trabajos sobre los problemas que atraviesan a la educación de jóvenes y adultos son recurrentes dos ideas que van de la mano, la primera, es que se trata de una modalidad que tiene un lugar marginal en el sistema educativo y la segunda que son muchas las deudas pendientes para alcanzar la vigencia de la obligatoriedad de la educación secundaria. ¿Podría explayarse sobre estos temas?

AH:- La definición del carácter obligatorio de la Educación Secundaria dispuesta por la Ley Nacional de Educación N° 26206 (2006) pone en tensión la tradición optativa y, en consecuencia, selectiva y elitista del nivel que deja por fuera a los sectores sociales con mayor vulneración de derechos. Por eso definimos ocuparnos de estudiar/investigar qué sucede con la educación secundaria de jóvenes y adultos, una modalidad que no sólo tiene un lugar marginal en el sistema educativo, sino en el campo de la investigación educativa y de las políticas educativas. Además, se trata de una modalidad que surge con el propósito de atender situaciones no resueltas por la escuela media lo que ha ido configurando su carácter subsidiario y compensatorio el que es fundamental interpelar. Asimismo, nos ocupamos de analizar que sucede con definiciones de la Ley Nacional y provincial de educación que ubican al estado como garante, a la educación e inclusión como derecho social en el contexto de prioridad que tiene en la agenda pública la Educación Secundaria. A muy pocos días de la realización del censo de población, es relevante destacar que según Censo de Población 2010 -INDEC en nuestro país el 58 % de los 24.240.096 jóvenes y adultos de 15 años y más que asistió, pero no asiste más a un establecimiento educativo, el 13% (3.117.102) no logró completar la educación primaria, el 28% (6.911.631) tienen primaria completa y el 17% (4.046.753) tiene secundaria incompleta; apenas el 23 % secundaria completa. Esos porcentajes en Entre Ríos alcanzan al 67 % de jóvenes y adultos de 15 años, casi 10 puntos por encima de la media del país (58%); en tanto la secundaria completa de esta misma franja de edad (15 años y más) es alcanzada apenas por un 16%. Por eso existe una probabilidad estadística de que estos jóvenes y adultos, permanezcan por fuera del sistema educativo y tengan mayores dificultades para enfrentar la complejidad del mundo actual, de quedar marginado –de distintas maneras y en diferentes grados- de la vida social, política o económica. Cuando comparamos los jóvenes y adultos que podrían retomar la educación secundaria de jóvenes y adultos encontramos que apenas un 6 % lo hace en el país y 3,5 % en Entre Ríos, por eso hablamos de las deudas con el derecho social a la educación.

¿Qué respuestas se han generado en los últimos años para atender esta situación?

AH:- Como parte de los resultados de nuestra investigación encontramos que durante el período comprendido entre 2004-2015 se ponen en marcha un conjunto de políticas públicas universales, estrategias pedagógicas y asignación de recursos orientados a garantizar esos derechos.  La inclusión social y educativa cobra relevancia en el marco de un Estado que se reposiciona como garante y pone en marcha numerosos planes y programas orientados a mejorar las condiciones materiales y simbólicas de estos sujetos e instituciones. Entre ellos destacamos el reconocimiento y recuperación de las trayectorias educativas, Plan FinEs, educación semipresencial, sistema de becas y Asignación Universal por Hijo, articulación entre Educación Secundaria y Formación Laboral/Profesional de jóvenes, Programa Conectar Igualdad, transformaciones curriculares, paritarias docentes. En ese mismo período, desde la dirección nacional de educación se jóvenes y adultos se impulsaron políticas educativas que reconocen la especificidad de esta modalidad. No obstante, en Entre Ríos, entre las dificultades más severas esta el no poderlas pensar desde su especificidad. Eso trae como consecuencia que los diseños curriculares, las normativas de ingreso, asistencia, evaluación, por citar solo algunas, no están pensadas para dar respuesta a las condiciones de vida de los sujetos jóvenes y adultos que asisten. El formato de la escuela no mira y/o atiende que muchos tienen trabajo y/o atraviesan condiciones laborales precarias y/o de desocupación, tienen familias y/o no tienen quien se ocupe del cuidado de sus hijos. Por eso la lucha por la habitación de los jardines maternales que han emprendido y que sigue siendo una deuda en casi toda la provincia. La fragmentación en cuanto a la dependencia de las escuelas de la modalidad es otro rasgo que suma a no atender a la especificidad, lo que se traduce en diferentes situaciones laborales y de trabajo precarizado en aquellas instituciones que siguen funcionando con designaciones a término. También es relevante destacar que durante el gobierno de Macri se produjo la desestructuración de las políticas públicas anteriormente mencionadas, usando como estrategias el desfinanciamiento y/o la subejecución presupuestaria, el desmantelamiento de planes y programas y el claro avance de la privatización de la educación.

¿Cuáles son los principales desafíos con los que se enfrenta hoy la educación de jóvenes y adultos como modalidad dentro del sistema educativo provincial?

AH:- Atender de modo prioritario la vulneración de derechos, la desigualdad social y educativa que se presenta en el sistema educativo, que es previa a la pandemia, pero que en este período alcanzó mayor visibilidad cuando la presencialidad no fue posible. Para muchos de estos jóvenes y adultos la pandemia significó nuevas postergaciones del derecho a la educación. Es prioritario impulsar políticas educativas para acompañar las trayectorias educativas de estos jóvenes y adultos; para eso, es fundamental interpelar tradiciones, herencias, rigideces, imaginarios, es decir, volver a pensar una escuela que les habilite y posibilite a estos jóvenes y adultos elegir sus propios recorridos, definir que materias cursar en diferentes momentos en función de sus posibilidades, en analogía con los modos en que se piensa el transito de estudiantes por la universidad. La otra gran deuda es la democratización de la escuela y de las políticas educativas. Hay que escuchar a estos jóvenes y adultos, hay que habilitarles la palabra y garantizarles que la toma de decisiones es en forma conjunta. Ello implica correrse de perspectivas adulto-céntricas y apostar a las construcciones colectivas Se necesita poner en agenda nuevos desafíos orientados a constituirse en un espacio público democrático cuyo horizonte es el derecho a la educación y la igualdad de oportunidades

* Profesora titular ordinaria e investigadora en el campo de las Ciencias Sociales y Humanidades. Magister Scientiae en Metodología de la Investigación Científica) y Especialista en Infancias y Juventudes (2021- CLACSO). Docente de posgrado en diferentes maestrías y Directora de distintos proyectos de investigación. Actualmente “Narrativas de estudiantes y docentes acerca de las biografías educativas y el trabajo docente. Un estudio en instituciones de Educación Secundaria de Jóvenes y Adultos (Entre Ríos y Córdoba), FHAyCS. UADER. Autora de diferentes publicaciones en libros, revistas científicas y otros medios de difusión científica. Directora y evaluadora de tesis de grado y posgrado, producciones académicas, y concursos docentes. Participa en espacios de formación e investigación en la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos