San Lorenzo campeón de la Libertadores de futsal

Con esta conquista, el Ciclón es el único club de Sudamérica en alcanzar tres títulos en tres disciplinas diferentes, ya que además fue campeón en fútbol de la Copa Libertadores en 2014 y de la Liga de las Américas de Básquetbol en 2018 y 2019

Los festejos de San Lorenzo tras el título.

Los festejos de San Lorenzo tras el título.
Lucas Javier Bolo Alemany, figura descollante de San Lorenzo de Almagro, flamante campeón de la Copa Libertadoras de Futsal por primera vez, sostuvo que en Uruguay tocó «el cielo con las manos» por ser, además, hincha del «Ciclón», y que no conforme con ingresar en la historia grande azulgrana, ahora «sueña» ganar con el seleccionado argentino el campeonato mundial de esa disciplina que se disputará éste año en Lituania.

San Lorenzo ingresó en la historia grande del Futsal al consagrarse este sábado en Florida, Uruguay, como el primer campeón de la Copa Libertadores del club de Boedo, tras vencer en la final, por 4-3, al vigente tricampeón del continente, el brasileño Carlos Barbosa.

Con esta conquista del Futsal, San Lorenzo es el único club de Sudamérica en alcanzar tres títulos en tres disciplinas diferentes, ya que además fue campeón en fútbol de la Copa Libertadores de América en 2014, de la Liga de las Américas de Básquetbol en 2018 y 2019. A nivel mundial, otro azulgrana, el Barcelona español, es el otro que ostenta esos logros.

Aún cuando la delegación de Futsal de San Lorenzo permanece en Uruguay, aguardando los hisopados para regresar al país,

Lucas «Coco» Bolo dialogó con Télam vía telefónica y lo primero que hizo fue reconocer que todavía no puede reaccionar «por la tremenda alegría» que siente al igual que sus compañeros.

El plantel azulgrana en el festejo por la Copa Libertadores.

El plantel azulgrana en el festejo por la Copa Libertadores.

La historia de Bolo arrancó hace 29 años en Tapiales, el 12 de marzo de 1992, cuando al nacer sus padres lo hicieron socio del club Juvencia, como el resto de la familia, y el primer regalo de Reyes que recibió fue una pelota de fútbol.

Así comenzó a conocer las baldosas de la cancha de baby fútbol y la pista de baile del club, que supo tener a Sandro como una de sus figuras estelares, y que décadas atrás también transitó el hoy director técnico de la selección de Perú, Ricardo Gareca, aunque curiosamente el «Tigre» defendía el arco en el baby y después «fue al medio».

«Mientras daba mis primeros pasos en el baby fútbol, nunca soñé con jugar en cancha de once en un club grande», confesó Lucas, pero a medida que iba creciendo surgió la posibilidad de destacarse en una disciplina poco «frecuentada» o conocida.

Se tapó lo que durante décadas fue la pileta de natación de Juvencia, que en la década del 60 fue pista para los amantes del dos por cuatro, que disfrutaron y bailaron al compás de las orquestas de tango de Aníbal «Pichuco» Troilo, Juan D’Arienzo o Alberto Castillo, y se construyó una cancha de Futsal.

«En esa cancha fui creciendo y aprendiendo la técnica del juego, y así pasé de cuarta a primera división. Eso me permitió integrar el seleccionado nacional Sub 18 de Futsal» contó, y añadió que eso le brindó la posibilidad «de jugar un Sudamericano».

Ya los demás clubes le habían «echado el ojo» y pasó a River Plate, donde permaneció dos años, y estando en la selección mayor viajó a Japón para un amistoso, donde fue observado por ojeadores de España, pero como antes tenía que jugar al menos seis meses en un club de primera, firmó con Boca.

«Fue un sueño que el club Santiago de Compostela me convocara, y cuando fui, jugué bien la primera temporada, y a la siguiente pasé al Napoli, de Italia. Todo me daba vueltas rápidamente en la cabeza», recordó.

En 2014 integró el equipo de la selección mayor campeona de la Copa América en Ecuador, y entre 2016 y 2018 jugó nuevamente en España, en el club Peniscola, con el que en la primera temporada ganó la Copa de Europa.

Pero como siempre le tiró su terruño, el inminente nacimiento de su primer hijo, y San Lorenzo (su familia, y la de su esposa son fanáticos del ‘Ciclón»), pegó la vuelta para firmar con el club de sus amores, en el que trabaja su hermano, a mediados de 2018.

«Jugar al Futsal requiere de mucho sacrificio y profesionalismo, porque se entrena todos los días y nosotros lo hacemos en el gimnasio, en el Roberto Pando, con director técnico, ayudante de campo, preparador físico, entrenador de arqueros, analista de videos y nutricionista» explicó.

Con San Lorenzo ganó la Copa Argentina, dos torneos de Liga, una Liga Nacional y dos Supercopas, y ahora se sumó la Libertadores, lo que para un «defensor» o, en el idioma del Futsal, «último hombre» o de «cierre», es haber llegado al «pico máximo».