Tragedia en el arroyo: el relato del padre de los hermanitos

Diego y Judith Godoy, de 11 y 13 años, ingresaron este domingo a las aguas del arroyo para refrescarse de las altas temperaturas, pero desaparecieron de la vista a los pocos minutos. El cuerpo sin vida del niño de 11 años fue hallado este lunes por la mañana en un pozo con agua de más de siete metros de profundidad. Continúa, en tanto, la búsqueda de la nena de 13 años, en el mismo lugar.

El hecho ocurrió cerca de las 18:15 en el arroyo «Las Conchas», a unos 1.000 metros del Puente «La Picada», a la altura del kilómetro 461 de la Ruta Nacional 12 y a unos 22 kilómetros de la ciudad de Paraná.

Diego Godoy, el padre de los hermanitos, rogó e imploró que no se cuestione qué fue lo ocurrió «porque nadie quiere que sus hijos terminen así». El hombre 28 años solicitó respeto al dolor que atraviesa su familia por la tragedia.

De acuerdo a su testimonio, los chicos estaban junto a un amiguito y habían sido advertidos sobre el peligro del arroyo. «Ellos sabían nadar porque asistían a la colonia de vacaciones de la Escuela Hogar, pero fue un pestañazo», lamentó el padre de ambos. Es que de los 11 centímetros en los que estaban inmersos, se vieron sorprendidos por un pozo de siete metros de profundidad.

El papá fue el primero en intentar rescatarlos, pero la misma presión que ejerce el pozo de agua también comenzaba a «tragarlo»; otras personas lo tomaron y lo alejaron de la trampa que fue mortal para sus hijos.

De acuerdo a los datos, para salvarse, los niños llegaron a tomarse de los tobillos de quienes intentaban rescatarlos, pero sin éxito. De hecho, una de estas personas mostró los rasguños que quedaron en su piel.

Los Godoy se domicilian en inmediaciones a la Escuela de Policía, en Paraná; otra pequeña niña integra el grupo familiar. Diego (p) contó que desde los 15 años hizo todo lo posible para sacar adelante a su familia; que junto a su pareja trabajaron a sol y a sombra para cumplirles el sueño de una casa propia a sus hijos, la que lograron construir en estos últimos tres años.

El hombre, de ocupación albañil, dio cuenta que a sus hijos les había inculcado el respeto a los espacios naturales, al río, pero jamás pensaron que podía llegar a suceder una tragedia de estas características, porque los niños sabían nadar. Diego Junior había aprobado el recuperatorio y aguardaba con ansias comenzar a cursar el 5º grado en la Escuela Hogar.