Arranca el uso del VAR al fútbol argentino

El VAR, la herramienta de asistencia de video para los árbitros, comienza a funcionar este jueves en la Copa de la Liga Profesional, el campeonato de Primera División del fútbol argentino, luego de tres años de trabajo y capacitación.
El VAR (por las siglas en inglés de Video Assistant Referee) comenzó en el fútbol en 2018 en la previa del Mundial de Rusia pero en Argentina recién comenzó a plantearse la idea de implementarlo en enero de 2019 a partir de una decisión del presidente de AFA, Claudio Tapia.
Luego de una larga y exigente capacitación, la AFA cuenta con un plantel de 50 árbitros/as certificados para participar de los 14 partidos de la Copa de la Liga Profesional.
Todos los encuentros serán observados desde el edificio que la AFA construyó en el predio que cuenta con siete salas VOR (Var Operation Room) pero que, en principio, serán cuatro hasta que termine de instalarse todo en el nuevo edificio.
La cabina VOR contará con un operador de video (no es árbitro y solo acata órdenes técnicas), un árbitro VAR, un árbitro AVAR (asistente) y un Quality Manager (un exárbitro).
El VAR se nutre de las imágenes de las cámaras de la transmisión oficial. No tiene herramientas propias y otras imágenes no tendrán validez. La TV tiene un mínimo de ocho cámaras (más las dos que hay en los arcos) pero puede haber partidos con más.
Todos los estadios de la Primera División están listos para la implementación del VAR salvo el de Barracas Central (hace de local en Huracán) y el José Dellagiovanna de Tigre que quedará certificado después del partido ante Rosario Central, programado para el domingo a las 21.30.
Para comunicar las salas VOR con todos los estadios representó una inversión para la compra de 1.800 kilómetros de cable de fibra óptica.
En el VAR está «prohibido hablar de criterio» arbitral ya que todas las recomendaciones y decisiones se tomarán con evidencias.
La filosofía del VAR es «mínima interferencia, máximo beneficio». No busca exactitud ni tampoco busca la mejor decisión. La intervención debe ser determinante.
La decisión final la tomará «siempre» el árbitro y será responsable de dichas sanciones. Solamente cambiará si la revisión demuestra un «error claro y obvio».