Cáncer de piel:Para 2025 el número de muertes por melanoma aumentará un 20%

Dermatólogos alertan sobre la alta incidencia que tienen los rayos UV del sol o de camas solares para desarrollar esta enfermedad que afecta a más de 130 mil argentinos cada año. También destacaron la importancia de la evaluación de los lunares.

Blanca, negra, suave, curtida, bronceada, lastimada. En sus diferentes estados, la piel es un órgano vivo con capacidad de regenerarse todo el tiempo, es impermeable, resistente y flexible, respira y se mantiene activa las 24 horas del día realizando todo tipo de acciones fundamentales para nuestro organismo. “Está en permanente relación con los otros órganos del cuerpo, y es a través de ella que nuestro cuerpo nos revela disfunciones y malestares que nos afectan, así como también muestra todas nuestras emociones: traspiramos cuando estamos nerviosos, nos ponemos colorados si algo nos da vergüenza y hay emociones y estímulos que nos dan “piel de gallina”, explica la doctora Margarita Larralde, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán. Y agrega: “Es por eso y mucho más que la piel es un órgano vital para el cuerpo humano. Tan es así que constituye el órgano más grande del cuerpo humano (un adulto promedio posee una superficie aproximada de 2 metros cuadrados de piel, con un peso de unos 5 kg).

Una de las afecciones más severas a las que está expuesta es al cáncer. El cáncer de piel es la forma más común de cáncer en los seres humanos, pero detectado a tiempo, es curable en la mayoría de los casos. El cáncer de piel es una enfermedad producida por el desarrollo de células cancerosas en cualquiera de las capas de la piel. Existen dos tipos principales de tumores: el carcinoma y el melanoma. Los carcinomas basocelulares y espinocelulares son los más frecuentes, mientras que los melanomas son mucho menos frecuentes (1%), pero su evolución en general es de peor pronóstico, ya que en la actualidad es el responsable de más del 65% de muertes por cáncer de piel en el mundo. Cada 13 de junio se conmemora el Día Internacional del Cáncer de Piel, que tiene como objetivo poner el foco en la importancia de conocer cuáles son los factores de riesgo, cuidarse de aquellos que se pueden modificar y promover la consulta dermatológica anual. Está comprobado científicamente que la exposición a las radiaciones ultravioletas provenientes del sol es la causa más frecuente del cáncer de piel. La razón de esto es que la piel absorbe de forma continua la radiación ultravioleta que emite el sol a lo largo de toda la vida. La mayor parte de la exposición a rayos UV proviene del sol, aunque una parte puede provenir también de fuentes artificiales, como las cabinas de bronceado y las camas o lámparas solares.

Según las últimas estimaciones realizadas por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC) Argentina, la enfermedad presenta una tasa de incidencia de 212 casos por 100 mil, cifra que la posiciona dentro de los países del mundo con incidencia de cáncer media-alta y que la ubica a su vez en el séptimo lugar en Latinoamérica. En concreto, el Ministerio de Salud de la Nación informa que durante el período 2000-2010 (11 años) se registraron 7953 defunciones con un promedio anual de 723 muertes.

El ‘Informe sobre el Cáncer de Piel 2020: Deteniendo la Epidemia Global’, elaborado por la organización Euromelanoma y la Coalición Global para la Defensa del Paciente con Melanoma, precisa datos cada vez más preocupantes y evidencian la necesidad de mejorar la concienciación sobre los factores que aumentan el riesgo cáncer de piel. El informe revela que en los últimos 10 años los casos anuales de melanoma han aumentado casi un 50 por ciento y se sitúan en 287.723 diagnósticos al año en el mundo, lo que supone unas 60.000 muertes anuales por esta causa.

Las proyecciones efectuadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los próximos 20 años predicen que para 2025, el número de muertes por melanoma aumentará un 20 por ciento y esa cifra se elevará a un 74 por ciento para 2040, lo que supondrá medio millón de diagnósticos anuales y unas 100.000 muertes por esta causa.

“El principal factor de riesgo para desarrollar cáncer cutáneo es la exposición a los rayos UV . Por eso es necesario disminuir el tiempo de exposición solar, y evitar los horarios en los que está más fuerte, como por ejemplo entre las 10 y las 16”, explicó a Infobae la médica oncóloga Fabiana Marmissolle (MP 110626), jefa del Servicio Hospital de día del Instituto Médico Platense, quien señaló que “usar un fotoprotector (al menos con factor de protección solar 30) durante los primeros 18 años de vida puede reducir hasta un 78% el riesgo de cáncer cutáneo”.

La experta precisó que el índice de radiación ultravioleta se desarrolló en un intento de alertar a la población sobre la época del año y los horarios de mayor exposición a la irradiación que puede ser dañina y causar cambios irreversibles en la piel. Además, cada persona tiene su sensibilidad individual y varía según el fototipo, pero es necesario recordar que el tiempo de exposición sin riesgo es de solo 20 minutos.

Y puntualizó: «Con índice 1 y 2 de UV no se necesita protección y la persona puede permanecer en el exterior sin riesgo; en tanto con índice de 3 a 7 necesita protección y es recomendable mantenerse a la sombra y protegerse, además, usando camisa, anteojos, sombrero y fotoprotector y con 8 a 11 o más lo ideal es evitar salir durante las horas centrales del día y es imprescindible usar ropa clara, fotoprotector y sombrero».

La doctora Alison Bruce, dermatóloga de la Clínica Mayo en Jacksonville, Florida, destacó , la importancia de conocer su piel en detalle para poder notar cambios y mejor, que realice una evaluación inicial de la piel con un dermatólogo.

“Si bien es probable que con una autoevaluación regular se detecten a tiempo melanomas y otros tipos de cáncer de piel, siempre es útil que un experto capacitado busque cambios sutiles que se pueden pasar por alto. Cuanto antes se diagnostique un cáncer de piel, más altas son las probabilidades de curarlo”, destacó Bruce.

Al revisarse la piel en busca de posibles problemas, la especialista resaltó no olvidar el ABCDE del cáncer de piel: «A» de asimetría: busque lunares o marcas con formas irregulares, o dos mitades que tengan un aspecto muy diferente.  «B» de borde: cuando los bordes del lunar son irregulares, dentados u ondulados.  «C» de color: cuando el color del lunar varía de una parte y otra. La variación de color dentro de un mismo lunar debe revisarse.  «D» de diámetro: si tiene un lunar de más de un cuarto de pulgada de diámetro (6 mm), debe hacérselo revisar.  Y «E» de evolución: si un lunar cambia de tamaño, forma o color, o bien si sangra, pica o duele al tacto, es importante evaluarlo de manera inmediata.

“Por lo general, una evaluación de la piel realizada por un dermatólogo solo toma algunos minutos, pero es fundamental para identificar el cáncer de piel de manera temprana. El dermatólogo buscará otros tipos de cáncer de piel, como el carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas. Estos cánceres tienden a verse como manchas rosadas, rojizas o escamosas en la piel que no desaparecen; además, pueden sangrar y aumentar de tamaño”, concluyó Bruce.

La Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) aconsejó que en caso que la exposición al sol sea inevitable, la SAD sugiere estos consejos para extremar cuidados y prevenir heridas en la piel:  Usar prendas de vestir que cubran zonas delicadas como el rostro, los brazos, la zona del pecho.  Aplicar abundante protector solar de amplio espectro (que proteja contra los rayos UVB y UVA) con FPS (factor de protección solar) superior a 30 (dependiendo del tipo de piel). En caso de pieles blancas, que se enrojecen, el FPS recomendado es de 50 o superior.  La protección solar debe ser renovada cada dos horas y cada 30 minutos en caso de cualquier interacción con el agua (ducha, inmersión, etc).  Evitar, en lo posible, la exposición solar entre 10 de la mañana y 4 de la tarde, cuando los rayos ultravioletas son más intensos.  En días nublados o con “resolana” la protección debe ser la misma; los rayos UVA llegan a nuestra piel.  Evitar exponer a los niños menores a un año al sol directo.

Principales funciones de la piel

 Protege: Funciona como barrera protectora frente al exterior gracias a sus complejos mecanismos celulares e inmunológicos, nos cuida de enfermedades, temperaturas extremas y lesiones como golpes y quemaduras. Ella selecciona y filtra lo que resulta dañino para nuestro organismo y toma lo que es beneficioso.

 Regula el metabolismo y la temperatura corporal: Impide la salida de líquidos, células y otras sustancias imprescindibles para el cuerpo, contribuyendo enormemente a mantenernos hidratados y saludables. Mediante su capacidad de evaporar el agua de nuestro organismo, elimina sustancias nocivas y mantiene regulada la temperatura de nuestro cuerpo.

 El sentido del tacto: A través de las terminaciones nerviosas de la piel, el cuerpo recibe todos los estímulos que nos genera el tacto. En un solo centímetro cuadrado de piel hay más de 5000 receptores sensitivos, que envían la información instantáneamente al cerebro, quien decide cómo actuar en base al estímulo.  Sintetiza Vitamina D: Al exponerse directamente al sol, la piel es capaz de absorber lo necesario para generar esta vitamina, que no abunda en los alimentos y se ocupa de mantener saludables a los huesos y tejidos óseos del cuerpo.