“En Canadá me hice mi mundito argentino”

“En Canadá me hice mi mundito argentino” Embarazada de siete meses y medio de un varón, la actriz confiesa que su objetivo es tener una carrera internacional, y asegura que en Canadá, donde vive, también hay inseguridad. “En Canadá me hice mi mundito argentino”

Del otro lado del teléfono, Luisana Lopilato habla con tono muy suave que se asemeja más a un susurro. “Acá son las ocho y media de la mañana. Con Mike recién nos levantamos pero hablo despacito para no despertar a Noah”, cuenta Lopilato desde Vancouver, Canadá. La excusa para charlar con la actriz, casada con la megaestrella Michael Bublé, madre de Noah (2) y embarazada de siete meses y medio de un varón (“aún no decidimos el nombre”, asegura), es su protagónico en la serie italiana Una buena temporada, producida por la RAI y que fue grabada hace tres años en Trento, Italia, que aquí estrenó el martes la señal Europa Europa.

—¿Cómo te arreglaste con el idioma?
—En realidad estoy doblada. El director (Gianni Lepre) tenía la idea de que si yo no hablaba mi propio idioma no iba a funcionar y necesitaba que hiciera las caras diciendo el texto en español. Durante las grabaciones, en el set me comunicaba en tres idiomas: inglés, italiano y español. Soy de las que cree que los idiomas son importantes y hay que estudiarlos.

—¿Qué fue lo más difícil de superar durante el rodaje?
—Nada. Fue una experiencia increíble, conocí mucha gente, me hice muy buenos amigos, el director y la gente de la producción me trataron como si fuera una italiana que vivía ahí. No dejaban que estuviera sola, me llamaban después de las grabaciones para verme. Lo único malo es que pasé un poco de frío.

—¿Cómo te tratan las fanáticas de Bublé en las giras?
—Bárbaro. Muy bien. No me puedo quejar. No sólo le llevan regalos a él, sino que también traen para mí y para Noah.

—Hiciste esta serie en Europa y filmaste Kalle en Nueva York, ¿es la base para el inicio de una carrera internacional?
—Sí, la verdad es que hace mucho tiempo trabajo en Buenos Aires, mi ciudad que me da todo lo que necesito como actriz, pero hay una realidad: hace muchos años que trabajo y quiero probar cosas y experiencias nuevas como actriz, con otros directores, en otros países. La película que filmé en Nueva York que se estrena en enero es muy importante, principalmente fue positivo para mí como actriz.

—¿Vivirías en Europa?
—Me encanta. Soy italiana, toda mi familia lo es, y tenemos los pasaportes ítalo-argentinos.

—¿Qué sentiste cuando ocurrieron los atentados en París y las amenazas en Roma y Bruselas?
—Es muy triste lo que está pasando, por todo lo que ya se pasó, y ver que en estos momentos la gente está viviendo esa situación horrible te juro que me pone la piel de gallina. Es terrible. Yo voy mucho a París a trabajar por la marca L’Oreal y por producciones de fotos que hago durante el año, y he estado muchas veces muy cerca de donde ocurrieron los ataques.   

—¿Qué es lo que más te gusta y más te cuesta de vivir en Vancouver?
—Me hice mi mundito argentino acá: tengo amigos argentinos, tengo mi radio argentina. Quizás extraño tener la familia y los amigos de toda la vida cerca y que te vengan a visitar en todo momento. Y extraño mi casa, porque no hay nada mejor que mi casa y mi cama. La verdad es que acá tengo esa contención. Pensá que tengo familia acá, está toda la familia de Mike, somos muy unidos con ellos así que llevo una vida similar a la de Argentina. Sí siento la diferencia del clima, cuando acá en Canadá hace frío es que realmente hace muchísimo frío, te morís, eh, y quizá a la semana voy a Buenos Aires y hace mucho calor.

—¿En lo social hay mucha diferencia entre Argentina y Canadá?
—Es como en todas partes del mundo. Latinoamérica es Latinoamérica, Estados Unidos es Estados Unidos y Canadá es diferente también. Yo vivo en una especie de Villa La Angostura y se vive muy tranquilo. Recuerdo que una vez, apenas estábamos empezando a salir con Mike y yo todavía no había ido a su país, lo quise sorprender y lo llevé a Villa La Angostura como una especie de regalo de novios y como una especie de mostrarle y decirle: “Mirá qué divino mi país, mirá lo que tenemos”, y cuando llegamos y empezamos a manejar por la ruta me decía “qué parecido a Vancouver”. Había lagos, montañas, todo lo que tengo acá.

—¿Hay inseguridad allá?
—Sí, como en todos lados. No podés dejar la cartera en el auto porque te la roban, sobre todo en el centro de la ciudad donde hay más movimiento. La semana pasada estuve en Nueva York y me robaron la cartera con todas mis tarjetas, mi DNI argentino, el celular. Me quería morir. No me pasó nada grave. La dejé colgada en el cochecito de Noah, le estaba probando unas zapatillas a mi hijo en un local, y sin darme cuenta alguien pasó y se la llevó.

 

Cine, teatro y su hermano

—¿Estás conforme con tu labor de actriz?
—Tengo millones de inseguridades. La verdad es que el cine me dio la posibilidad de explorarme desde un lado diferente como actriz. A veces cuando hacés una tira se hace muy rápido porque tiene que salir al aire, lo tienen que editar, y a veces no tenés tiempo de preparar una re escena. No es lo mismo que tomarte el tiempo con el actor y el director. Tengo otras películas para el año que viene, por ejemplo, voy a filmar Los que aman odian, dirigido por Alejandro Maci.

—¿Te gustaría hacer teatro en la calle Corrientes?
—Me encantaría, es algo que amo, pero hay una realidad: cuando uno toma responsabilidades profesionales y es madre, a veces uno tiene que poner en la balanza y elegir. Por el momento lo veo difícil, tengo mi bebé de dos años, y otro que está viniendo. Creo que mi camino está por el cine, que tiene otros tiempos, ya sé que es en marzo y por equis cantidad de tiempo, entonces me preparo para filmar, mi entorno, mi hijo, mis viajes.

—¿Dónde pasás las fiestas?
—Las dos fiestas las pasamos acá. Vienen mis padres y mis hermanos porque yo por la panza no puedo viajar más hasta que nazca.

—¿Cómo ves a Darío como actor?
—Lo vi tres veces en Bajo terapia, la verdad es que él está increíble, me encanta la obra y obviamente me gusta cómo actúa mi hermano.