“No estoy de acuerdo con la caza de brujas”

“No estoy de acuerdo con la caza de brujas” En un año con grandes éxitos en El Trece, el actor, productor y gerente de programación cree que hay que cerrar la grieta, que no tiene problemas con los actores K, y que los productores no pueden ser mala palabra. “No estoy de acuerdo con la caza de brujas”

Le sienta bien el tiempo, hay que decirlo. Lo ayuda un poco el buen año profesional y personal que le tocó vivir. Como programador, el 2015 se dio un “empate técnico”, pero ganó el prime time con gran ventaja y varios éxitos. Como actor acaba de terminar de filmar Me casé con un boludo con Valeria Bertuccelli –estrena el 14 de marzo– dirigido por Juan Taratutto y elenco con Cristina Banegas, Gerardo Romano, y Norman Briski. Se lo ve feliz, a Adrián Suar con su mujer Griselda Siciliani, la chiquita adorable, que aparece en la publicidad de El Trece, canal que programa y su familia. Dice que está contento con que “Gri” protagonice en Telefe Educando a Nina y jura que es la primera vez que no le molestaría que le ganara. Es medio un oxímoron eso, le observo, conociendo sus ganas siempre de liderar.
“Y bueno. Ella también quiere ganar. Es más competitiva que yo. Se lo toma con uñas y dientes. Programa que hace lo vive como propio y es la capitana del equipo. Luego de 15 años de análisis, su psicoanalista le dio el alta, pero una vez por mes se juntan a comer y hablan. Una suerte de sesión sin diván”. En su oficina en Polka las paredes muestran en retratos fragmentos de su vida y obra, incontable desde Poliladron, o La banda del Golden Rocket, donde conoció a Macri, el actual presidente, a quien no votó por ser ciudadano estadounidense, cuando era novio de Marisa Mondino, a las últimas fotos de Esperanza mía, y, mezclado, con sus hermanos Paul y Jeffrey, con su hijo Toto, con Margarita.  
—Este 2015 fue muy bueno para El Trece con éxitos, arrancando por  “Las mil y una noches”. ¿Pensaste que iba a ser un suceso?
—No lo sabía, no, no. ¿Cómo lo voy a saber? Casi no la compré. Es muy caro poner una lata de siete a diez mil dólares por capítulo, muuuy caro, tenés que pensarlo dos veces.
—¿Y por qué te decidiste?
—La verdad: estábamos que sí, que no, que sí que no, lo terminó decidiendo el dueño del canal, Lucio Pagliaro, uno de los accionistas. Esa es la verdadera historia.
—En “Las mil y una noches” se veía muchísimo dinero en producción. Igual que en “El tiempo entre costuras”, donde cada capítulo costó medio millón de euros. ¿No se puede producir así?
—Entiendo, es divina El tiempo…, pero acá no está la plata para eso. Difícil, lo podés hacer, te tenés que jugar un Prode para una producción de Polka en el prime time, ponele y me quedo sin nada para otros.
—Es decir vos tenés muchas horas en vivo y es más barato  que la ficción. ¿Cuánto cuesta un capítulo de “Los ricos no piden permiso”, por ejemplo?
—Arriba de los 600 mil pesos.
—Decíamos, te fue bien con la tira, con Marcelo (“ShowMatch”), “Esperanza mía”, Mirtha, Lanata…
—Esperanza, Las mil y una noches, Mariana Fabbiani que hizo uno de los mejores años de su historia y conduce el mejor programa de la tarde, con un equipo fantástico, y atravesando uno de los mejores momentos de su carrera. Guido, Mirtha un año extraordinario, Lanata, el flaco, Marcelo es un año muy bueno.
—¿Cuál fue el programa del año? Para los Tato fue “Historia de un clan”.
—Fue uno de los programas, sí. Para mí, Esperanza mía y Signos, también.
—Se habla mucho de devaluación, ajuste, inflación, ¿van a ajustar el presupuesto del canal el año que viene?
—Puede ser, no lo sabemos. Nosotros estamos con una programación igual. Le tengo fe a Los ricos no piden permiso con un elencazo, pero, va a ser un primer semestre difícil. Tiene que levantar la publicidad. Está muy baja, la torta publicitaria con respecto a lo que se gasta es inferior, está depreciado el mercado argentino.
—¿Se vende al exterior? ¿“Esperanza mía” la vendiste?
—Sí, sí. A Israel, Polonia, países del Este. Se está vendiendo. A España, Italia se va a vender y algunos formatos tienen salida. Son épocas. También habremos hecho mal las cosas y la fuimos perdiendo. Y cambian los momentos, la novela mexicana, colombiana y brasilera ganó. Tenemos un problema con el idioma nuestro, los argentinos sonamos más raros. Hablamos rápido, no nos entienden.

El Trece opositor a los K. Sostiene que en su vida-carrera, casi de cine, tuvo un 70% de talento y un 30% de suerte. El tipo es un gladiador detrás de su escritorio, y un metódico obsesivo. Come poco y nada, de ahí que se lo vea flaquísimo, como diría Susana. Es una obviedad, pero Suar es más actor que cualquier otro papel que le toque jugar. De ahí que le haya dolido tanto el entredicho con la Asociación de Actores, justo en medio de la grieta. Reconoce que su pantalla fue la más opositora, con Lanata, Mirtha y Telenoche, que el resto de los canales privados,  pero razona. “Sí, obvio que sí, pero fue “en consecuencia”, no soy un necio. Para mí  la pantalla fue a favor de la república, es mi manera de ver. Una es en contra y otra forma de ver es que Clarín estuvo a favor de la república”.
—Magnetto fue a la gala en la asunción de Macri en el Colón, Cristina terminó en el sur, y esa fue una síntesis práctica de cómo fue la guerra Clarín-Gobierno K.
—Los dos salieron lastimados. El grupo sufrió mucho en estos años. Es muy fuerte 12 años de desgaste. Yo no creo que se pueda hablar de una victoria. Debe haber mucho para reflexionar, pensar, para no tener odios. Incluso adentro del grupo no se ve como una victoria. Te puedo asegurar que en las charlas más íntimas el grupo no lo ve como una victoria, lo ve como una etapa donde va a tener mucho por delante, mucho para reflexionar lo que pasó, debe hacer autocrítica. No lo siento a Magnetto viéndolo como una victoria, no es su personalidad así.
—¿Te sentís un tipo poderoso?
—En mi profesión, si me ponés en el mundo del espectáculo, van a decir que soy poderoso. Y en escala Magnetto en lo suyo, es poderoso.
—Para algunos es el más poderoso de Argentina.
—No, no es el más poderoso de Argentina.
—¿Quién es? ¿Quién lo supera?
—(Se ríe) El Papa.
—En tu papel de productor. ¿Seguís pensando que Cristina es una gran actriz?
—Totalmente.
—¿La convocarías ahora que dejó de ser presidenta?
—(Piensa) Sí, me encantaría tenerla. Me parece que iría perfecto en Los ricos no piden permiso. Sería la dueña de la estancia, es un papel a su medida. Cuando dije que era buena actriz  lo tomaron como una falta de respeto y no era mi intención. Lo sigo sosteniendo, es una muy linda mujer y además, actriz. Le gusta más la actuación casi, más que la política. Es muy histriónica, la ves en los discursos, eso hay que reconocérselo, y tiene que ver con la actuación. Los políticos tienen parte de actuación. Raúl Alfonsín ¿no tenía una fibra? Cuando gritaba te emocionaba. Ella lo tiene y a ella le encanta la actuación. Maquillada estaba para rodar todos los días.
—Dicen que Gvirtz te ofreció algún programa, ¿es verdad?
—Me ofrecieron TVR.  Pero no Gvirtz, PPT ahora la tiene Cristóbal López. Como no lo conozco, fue a través de Ideas del Sur. Dije que no lo veo para mi pantalla, aunque creo que es un programa de archivo extraordinario.
—Vos fuiste víctima de esa grieta cuando Actores no te trató bien. ¿Sentís que hay alguna manera de cerrar esa grieta?
—Yo creo que de varios modos se cierra. Si el vértice del poder de la política baja a algo más tranquilo, la sociedad  se tranquiliza. Hay algo de un padre más psicótico o tranquilo en la familia, de ahí para abajo. Creo que Mauricio lo va a poder lograr, no en un año, en tres o cuatro años, respetando, tendiendo una idea de respetar al otro, de escucharnos, con esas pequeñas señales… Si el otro es un enemigo declarado… Cristina tenía eso amigos y enemigos. Eso sí, no podés decir que no, en Cadena Nacional a un pobre tipo le dijo que por qué compró un dólar, algo nunca visto en la historia de Argentina.
—¿Cómo se va a solucionar la grieta? ¿Qué podés aportar desde tu lugar para que el enojo que embadurna todo pase?
—Entender que se puede opinar distinto. Yo he hecho un trabajo. La política, yo no soy político ni mucho menos, pero sé lo que instaló en los últimos años en los programas de televisión, la gente habla de política…
—Los actores K, siempre dijiste que “El Trece contrata talento, no ideología”.
—Toda la vida. Nadie me dijo nunca nada. Es la ideología del Grupo Clarín, pero la gente no lo quiere escuchar. Porque es más fácil decir “ustedes son la contra”, y nunca nadie me ha dicho algo y he llevado gente que sin dar nombres se han portado mal con el Grupo y después lo tuve que pensar dos veces, porque una cosa es ser contra o crítico y otra es la falta de respeto y los he llevado igual. Lo pueden averiguar si quieren. Es que a mí no me gusta eso. No estoy de acuerdo con la caza de brujas. No tengo ningún problema con los actores K. Estoy de acuerdo con el militante, no con el propagandista.
—A Alejandra Darín no la llamaste nunca, ¿no?
—Sí, trabajó en Polka. Hizo Media falta, algunos capítulos, sí, cómo no, es buena actriz, muy buena. Y a la hija la vi en El Clan, la voy a llamar.  
—¿Cómo te sentás frente a la Ley del actor con Actores?
—Estoy de acuerdo que los actores se jubilen, Me parece una aberración que la Asociación no se siente con los productores, con los empresarios a implementar la ley, me parece una falta de respeto que va a terminar perjudicando a los actores.
—¿Es o no es una grieta la Ley del actor?
—Es espantoso lo que hace, a mí no me gusta, se tiene que terminar que los productores y empresarios somos mala palabra. Los empresarios a lo largo a la historia tienen mucho para rehacer en esta nueva etapa.No defiendo a los empresarios que hicieron cosas espantosas y tienen para aprender muchísimo. Pero no puede ser que la palabra productor y empresario sean malas palabras.
—No tanto, claro, hay empresarios y productores de todas las calidades humanas.    
—Sí, pero lo que reivindica la palabra del productor es el riesgo. Por eso yo lo reivindico al trabajo del empresario y productor, hablo de mi profesión, no de los empresarios que remarcan los precios con un 50% de aumento, no estoy a favor de esos empresarios que tratan de salvarse y no les importa el país. No estoy a favor de eso. Por eso estoy a favor de un Estado presente, no de un Estado omnipresente que es otra cosa. Y hay muchos chantas que han dejado tendales como hay en todos los sectores, pero te puedo decir que el 80 % de los productores teatrales y televisivos son gente honesta que trabaja.
—¿A qué actor o actriz te gustaría tener en tu pantalla?
—A muchos. Siempre a Julio (Chávez). Me gustaría tener a varios. Tengo actores que me gustan mucho, “Solita” que la adoro…
—Para llegar adonde hoy estás, ¿cuándo sentiste que ya podías estar tranquilo, que ibas a tener una vejez digna? Hablo de lo económico.
—Hace diez años, seguro. Pero sería un maleducado porque para mí es una vejez digna, con la mitad de la mitad, para otro ya es una vejez digna. No necesito ser más rico de lo que soy, ya estoy bien. Las cosas que hago desde hace muchos años no tienen que ver con que soy ambicioso del hacer. Por la plata no, no soy el loco que se quiere comprar cosas.
—Pero mantenés tu ambición por el rating. En el 2016, ¿esperás repetir el prime time con dos programas de 20 puntos?
—Son cosas que pasan. También a mí me tocó con Avenida Brasil en Telefe y trataba de esconderme para salir de ese tanque. Te obligan a replantearte todo. Cuando te toca un tridente Esperanza, Las mil y una noches, y Tinelli es fuerte. ¿Sabés qué tenés que hacer? Rezar para que termine esa tormenta. Me pasó a mí, este año le tocó a él. Esperemos que el año que viene le vuelva a pasar a él.

Producción: Gustavo Martín Méndez. Agradecimiento: Vanesa Bafaro.