Santa Martina, virgen y mártir. Hija de un cónsul muy popular en la ciudad eterna, vivió en el siglo III. Siendo niña quedó huérfana. Entonces decidió repartir sus bienes y dedicarse a hacer vida de oración y penitencia, y a socorrer a los necesitados. Acusada de ser cristiana, quisieron obligarla a ofrecer sacrificios a los dioses paganos, pero ante la obstinada firmeza demostrada fue decapitada el año 228. Fue enterrada en un templo dedicado a Marte, en cuyo lugar el año 677, el papa Domo le dedicó una basílica que lleva su nombre.
San Adelelmo (o Lesmes), monje. Nacido en Pitou, de una fami lia rica, distribuyó sus bienes entre los pobres y tomando e vestido de uno de sus criados se fue a Roma.Así se hizo monje con e Beato Roberto, abad del monas terio de la Casa de Dios. Después de haberse someti do a las más arduas penitencias Roberto lo envió a España y fijan do su residencia en Burgos fundó allí el monasterio benedictino de San Juan Evangelista, donde se consagró a la atención de los peregrinos de Santiago y al cuida do de los enfermos. Murió en 1097. Beato Columba (José) Marmión, el cual nacido en Irlanda y ordenado sacerdote llegó a ser abad del monasterio de San Benito de Maredsous, en Bélgica, donde se distinguió como padre del cenobio, guía de almas en el camino de la santidad, así como por su riqueza en doctrina espiritual y elocuencia. Murió en 1923.