Remisero baleado en un violento asalto

Un remisero de 51 años fue baleado en un violento asalto registrado este lunes feriado a las 11.15 en sobre calle Vicente del Castillo al final de la capital entrerriana. El hombre permanece internado en el hospital San Martín, a la espera de una intervención quirúrgica para extraerle el proyectil que quedó alojado en el muslo.

 

Ante Elonce TV, una de sus compañeras de trabajo, Carina, dio detalles sobre cómo transcurrió el dramático hecho de sangre.

«Llamó un cliente habitual de calle Tacuarí y el remisero fue a buscarlo; esta persona siempre nos llama, y se encontraba con dos chicos», aclaró la empleada de la Remisera Cooperativa Colón. Y continuó: «Éstos tomaron el móvil y fueron a calle Damici, pasó tarifa, cobró, le pagaron y uno le dijo `esperame que yo voy para otro lado´, y lo trajo hasta calle Castillo».

«El pasajero le pidió que baje y él, confiado porque era gente que llamaba siempre, cuando bajó le apuntó a la cabeza y le pidió todo. Cuando estaba sacando las cosas, le gatilló dos veces y no le salió el tiro«, relató la mujer al programa El Despertador.

«Abrió el auto y se tiró, le disparó de nuevo y trastrabilló, pero un proyectil le pegó en la zona lumbar«, agregó, al tiempo que aclaró que «el proyectil quedó alojado en el muslo».

De acuerdo al relato de la operadora de la remisera de Avenida Ramírez y Pringles, el malviviente, no conforme con su cometido, «cuando estaba en el piso, después de haberle tirado, le apuntó de nuevo a la cabeza y le gatilló, pero de nuevo no sale el tiro».

El remisero, logró patear al ladrón y escapó corriendo. «A media cuadra se le durmió la pierna, llegó arrastrándose hasta calle Don Bosco, donde lo auxilió una persona que no sabemos quién es y lo llevó hasta el hospital», contó la compañera de la víctima del violento asalto. Según describió la mujer, el malviviente le gatilló cuatro veces al remisero.

«Le gatilló en la cabeza porque quizás lo reconoció», estimó.

En la oportunidad, la operadora de la empresa de remis aclaró que «jamás pensamos que a esa hora y llamándote un cliente, no era de desconfiar».

«Nunca desconfiamos de los clientes», remarcó, al evidenciar las consecuencias que generó el violento asalto: «Estamos asombrados, asustados, impotentes, con miedo», aseguró.

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