70 testigos en el juicio por el crimen de Micaela

Los testigos sobre los que existe controversia entre la acusación y la defensa son en total 70, quienes deberán asistir al debate oral y público que, se estima, será en el segundo semestre del año, luego del descanso judicial de invierno. En la lista inicial de todas las personas que tuvieron alguna participación en la investigación del crimen de Micaela García, ocurrido el 1° de abril en Gualeguay, había 152 nombres.

En la audiencia de remisión de la causa a juicio las partes fueron descartando aquellos de quienes resultaría irrelevante su declaración en el juicio para determinar si hubo responsabilidad en el crimen de los cuatro imputados.

El juez de Garantías Sebastián Elal escuchó  los argumentos de las partes: el fiscal Ignacio Telenta y el querellante Jorge Impini solicitaron la elevación de la causa a juicio; y acordaron con los defensores Andrés Carvajal y Horacio Barreto (de Néstor Pavón), Matías Farías (de Gabriel Otero) y Carlos Sciutto (de Sebastián Wagner), las pruebas para esa decisiva instancia.
El violador serial Sebastián Wagner, su patrón Néstor Pavón (dueño del lavadero) y su hijastro Gabriel Otero (hijo de su pareja Nora González) están acusados de los delitos de abuso sexual con acceso carnal en concurso ideal con Homicidio calificado por alevosía, criminis causae y femicidio. La única pena posible para esto es la prisión perpetua. En tanto que la pareja de la madre de Wagner, Fabián Ehcosor, será juzgado por el delito de Encubrimiento agravado por haber ayudado al autor del hecho a ocultarse en Moreno, provincia de Buenos Aires.

Pavón y Ehcosor seguirán presos

Los defensores de Pavón y Ehcosor pidieron el cese de la prisión preventiva o el arresto domiciliario, beneficio del que ya goza Gabriel Otero. Además, se quejaron por las condiciones de alojamiento de Pavón en la Unidad Penal de Gualeguay. El juez Elal rechazó el pedido, confirmó la prisión de ambos hasta el juicio, y encomendó al delegado penitenciario que Pavón no tenga un trato indigno dentro de la cárcel.