Ayuda Animal: Cambio cultural o cambio de discurso

Hace un tiempo atrás nuestro Intendente nos hablaba sobre “cambios culturales”. Gracias a ellos una sociedad puede ser pensada en serio, puede progresar, aunque, le faltó contemplar que también este tiene que generarse desde esos lugares para ejecutar acciones, el hacer y quehacer. Claro que él no solo involucra al Ejecutivo, sino que al poder Legislativo municipal y a todos los actores de una sociedad en sus diferentes roles.   Atendiendo a esta iniciativa aquí estamos, las proteccionistas, promoviéndolo desde la concientización y las acciones tales cambios.  Y seguimos apostando a él.

Ahora… ¿Qué cambio cultural puede ser posible si desde el Ejecutivo nunca se pudo establecer un diálogo apostando al “cambio”?  Nunca se llevaron a cabo esas promocionadas – mediante foto de rigor – Mesas de Trabajo prometidas en su momento por el Mandatario para tratar en ellas parte del abanico de la problemática animal.

¿Cómo podemos pensar en serio un cambio si desde hace un año el Honorable Consejo Deliberante no tiene interés de tomar con responsabilidad su rol y tratar el proyecto de Erradicación de Tracción a Sangre? Seguimos instando a que las acciones se ejecuten y no sigan transcurriendo “en carro”.  Las voces del colectivo nos dicen “son momentos para hacer la plancha” y de esta forma lo harán hasta diciembre. Podemos recordar, nuevamente, que las urgencias de estos animales desprotegidos no pueden estar sujetos a esta metáfora.  

Digno ejemplo a imitar de este “cambio cultural”; cambiar la forma de pensar y de actuar frente al maltrato animal más específicamente hacia a un” caballo carrero” desde, un “carrero” (¡!). Claro que no es poco, es una actitud que es recalcable, loable. Que el Municipio haya gestionado esos tres otros motocarros comprados y cedidos por la Gobernación provincial – no saquemos el mérito de este gobierno de Entre Ríos –  para que se bajen por un ratito de ese carro, está muy bien y más si con esta acción se promueve el dignificar el trabajo como lo es implementar una cooperativa de acopio de residuos reciclables. Veremos cómo se desenvuelve esta iniciativa en el tiempo.

 Ahora bien…. ¿Qué pasa con esos caballos que por un ratito son “ex – carreros”? Le dan motocarros para que hagan su trabajo, le darán la compactadora y los elementos que necesitan para trabajar, pero siguen siendo utilizados para movilizarse. No dejan de traccionar un carro, sea para el trabajo forzado o para movilizarse de un lugar a otro, son explotados. El que sigue perdiendo SIEMPRE es y será el animal. Porque dejen esos instantes tal vehículo el caballo seguirá siendo víctima del maltrato cada vez que se suba esa familia para trasladarse. ¿Sabía que un caballo puede soportar 500 kg traccionando como máximo? Saque la cuenta. ¿Cuánto pesa un carro? Multiplique cuando pesan tres personas adultas sobre él. ¿Y la mercadería que llevan? Resultado: sobrepeso, igual a maltrato.  Ellos seguirán siendo un peligro vial, aunque salgan por un instante para hacer compras, el caballo se puede desbocar, puede ser partícipe de un siniestro vial. Ese artefacto que es un vehículo no cumplen con ningún requerimiento que nos exigen desde Seguridad Urbana., desde la Ley de Transito

Ese llamado “cambio cultural” no solo tienen que instar en forma verticalista desde nuestras altas esferas municipales, sino que también se tiene que seguir buscando acciones que atiendan no solo a las urgencias de un sector, a querer tapar la problemática que conlleva el maltrato hacia el caballo con la implementación de un chip. Tiene que implicar a esos actores en sus roles, impactando por medio de sus acciones, TIENE que ser una bisagra.

Acción social y sus políticas asistencialistas tiene que estar presente en él, la Justicia lo está, la fuerza de seguridad en la figura de la Policía de Entre Ríos, presente también; las proteccionistas que seguiremos siendo LA VOZ de esos animales para que sean considerados sujetos de derecho aplicándose la vara de las leyes y ordenanzas protectoras. Nos falta el Ejecutivo y nuestros concejales, allí es donde realmente se tiene que gestar ese “cambio cultural” y para ésto tenemos que cambiar no solo un abstracto, sino que tenemos que apuntar a mutar ese discurso frívolo de más de un ejecutor o legislador.  ¿Si una parte de un estrato social apostó al cambio por que no instar a que estos lo gesten? La respuesta está en exhortar a que lo hagan, PERO EN SERIO. Esta es la receta de un VERDADERO CAMBIO DESDE LO CULTURAL Y SOCIAL.