Ayuda Animal :Dar tránsito, salvar vida, recibir amor.

¿Qué es un hogar de tránsito?

“…Lugares donde se albergarán de manera transitoria a un animal doméstico, hasta tanto se realice la adopción responsable.”. Lejos de esta definición casi de diccionario, estos espacios se resignifican y se convierten en el puente, en vínculos que separan dos realidades: una es la cual ese animal fue rescatado del riesgo, llámese indiferencia, abandono, maltrato, la calle; lugar vinculante hacia un hogar el cual los amparará, donde encontrará definitivamente el amor. Estos espacios junto con ojos comprometidos que informan sobre tal realidad, proteccionistas, profesionales con vocación que los atiende ni bien salen de ese maltrato, adoptantes… todos ellos conforman esa red, la cual está compuesta por hilos hechos de mucho amor.

¿Cómo podés ayudar?

Seguramente muchas veces encontrarás en Facebook una publicación pidiendo ¡TRÁNSITO URGENTE! No se exagera cuando se usa la palabra ¡URGENTE! Realmente muchas veces el tiempo y la velocidad con la que se consigue tránsito es cuestión de vida o muerte para un perro o un gato y hasta un caballo. Comúnmente son cachorros abandonados en algún baldío, tirados en la ruta o en lugares donde corren muchos peligros, perros viejos despojados a la calle, olvidados como objetos, por lo que sacarlos de allí lo más rápido posible es importante. No es necesario tener un patio enorme o una casa grande para cuidar de un perro o un gato por unos días. Podes hacer un lugarcito en tu garaje, galería, galpón o alguna pieza. Solo se necesita muchas responsabilidades, tan solo una pequeña dosis de amor. Quizás no puedas adoptar un animal de compañía de forma definitiva pero sí brindarle un lugar por un período de tiempo corto a un animal en tratamiento hasta su recuperación o a dos o más cachorros hasta su adopción definitiva. Justamente se trata de eso, de un hogar responsable que lo pueda cuidar transitoriamente.

¿Por qué son importantes estos lugares?

Las proteccionistas, que somos las que “juntamos el guante” en esta problemática, no contamos con un lugar físico, no tenemos medios económicos para solventarlos y poder proteger en este lapso de tiempo a esos animales rescatados.

Rosario del Tala parece tan cerca, pero está tan lejos de nuestra realidad.  Allí existe un verdadero compromiso entre la Municipalidad, las proteccionistas y esta problemática. Tal comuna cedió un predio  a las segundas para esta función: ofrecer un lugar de tránsito y atención a estos animales desamparados. Otros ejemplos se replican en otros lugares o de diferentes formas:  municipios premian a estas voluntades que adoptan a perros callejeros reduciéndoles sus impuestos, dándoles alimento y atención veterinaria a los animales acogidos, fabrica cuchas comunitarias.  Tips para imitar, si los hay. Mientras tanto y fuera de esta idealización, nosotros – los que estamos luchando esta problemática –  podríamos, en un principio,  conformarnos con que implemente una verdadera campaña de castración desde el área de Zoonosis: salir a los barrios más carenciados donde está allí el problema –  superpoblación de animales en pésimas condiciones de salud – para paliar esta problemática pero es algo imposible pues para comenzar tal esta acéfala, más allá que sigan cobrando el sueldo del veterinario que alguna vez estuvo a cargo. Y esto dato de ya hace un año y ocho meses.

Muchas veces tenemos que convivir con preguntas retóricas y enfrentarla; en este caso, esta la respuesta. Concientizar para que los dueños castren a sus mascotas.

Desde nuestro espacio no solo concientizar, apostar a que más corazones nos ayuden a poder dar tránsito a estas almas que necesitan ayuda. No está la municipalidad, pero si nosotras que ayudamos gracias a los bonos, a las rifas, a las alcancías donando alimentos, atención veterinaria y castraciones gratis para esos hogares que nos asisten; y agradecer, siempre valorar esas tantas otras intenciones que piensan en ellos para socorrerlos. No solo las proteccionistas agradecen estas voluntades que nos ofrecen un lugar para cobijarlos, almas de esos seres no humanos – créannos – también lo hacen desde sus ojos que dicen “¡gracias!”. –