Ayuda Animal: Excelentes maestros dentro de nuestras casas.

En la actualidad, existe cierto consenso para afirmar que varias especies animales, además del ser humano, sienten y son conscientes de sus emociones. Más allá de sabernos los más inteligentes emocionalmente, donde nos reconocemos maestros en muchas disciplinar y les enseñamos a nuestros hijos y animales, también podemos afirmar que más allá del hombre la ciencia lleva siglos tratando de medir, cuantificar y calificar el grado de desarrollo cerebral del resto de las especies que conforman el reino animal y la inteligencia que poseen ellos.

 

¿Qué es la inteligencia emocional? En lo que respecta al ser humano no es más que la capacidad de identificar, entender y manejar las emociones en pos de la consecución de objetivos personales. Es la que también utilizamos para propiciar, facilitar las relaciones interpersonales, gestionar las emociones en el lugar de trabajo, el hogar y otros entornos sociales y no sociales. Las personas emocionalmente inteligentes saben cómo canalizar mejor sus energías para lograr resultados positivos. En lo que respecta a los animales la etiología, que es la ciencia que investiga, entre otras cosas, la inteligencia emocional en los animales, afirma que existen varias especies animales que sienten y son conscientes de sus emociones.

Tarde o temprano la familia siempre trata de “agrandarse” y lo hace con la decisión de incorporar no solo a su casa, sino a sus cariños, a una mascota. Claro que con ella también adoptamos la tenencia responsable del animal, la cual consiste añadir el cuidado y la alimentación a las responsabilidades del adulto y del niño. Sin embargo, tener un perro, gato, conejito, hámster u otro animal doméstico, como parte de ella, también beneficia a los más pequeños de manera real. Los estudios han demostrado que los infantes que tienen mascotas muestran una mejora en sus interacciones – especialmente en el área de la inteligencia emocional (CE), que se ha relacionado con el éxito académico temprano, incluso más que la medida tradicional de la inteligencia, el coeficiente intelectual.

Los niños criados en hogares que aceptan mascotas son emocionalmente inteligentes, y es más, nos enseñan lecciones de vida relacionadas a este tipo de inteligencia como por ejemplo: la Compasión de una vida fuera de sí mismos se estimularán cada vez que interactúen con los animales.  El cuidado de las mascotas también fortalece la autoestima, al asignarle tareas (como llenar el depósito de agua del perro) le da al niño un sentido de logro, y le ayuda a sentirse independiente y competente. Las mascotas pueden ser especialmente buenas para esos que tienen muy baja autoestima. Desarrollo cognitivo: Los pequeños con mascotas juegan con ellos, hablan con ellos, e incluso les llegan a leer (la última actividad es más común de lo que parece), y los datos respaldan la idea de que comunicación adicional de bajo estrés ayuda en el desarrollo verbal en los niños más pequeños. La Reducción del estrés: pueden proporcionar apoyo emocional y una forma adicional para mitigar las emociones negativas cuando se sienten estresados.

Por supuesto todos los beneficios positivos anteriores dependen de la estructura de la familia, el número de hermanos u otros adultos no parentales alrededor, y por supuesto tendencias genéticas propias de un niño, pero los hijos únicos y las personas con pocos hermanos a menudo suelen ser las personas más orientadas a tener mascotas

Si cualquiera de los conceptos anteriores le suena familiar a los lectores, eso es porque algunos de los beneficios son relevantes para los adultos también, incluyendo el apoyo social y la reducción del estrés.

En síntesis, nuestras mascotas no necesitan estar en la escuela. Podemos encontrar estos buenos maestros, que nos enseñarán de lo valorable de la vida, en el seno de nuestra casa. Adoptemos no solo a una mascota, un amigo sino a un buen maestro-