Danubio Azul, tres décadas al servicio de la gente

La gastronomía en Concepción del Uruguay ofrece una amplia variedad para todos los gustos y preferencias. Sin embargo, Danubio Azul brinda sus platos con los mismos e inconfundibles sabores desde el 1997. En este marco, la Revista MIRADAS, dialogó con María Elena, dueña del lugar, y con una de sus nietas, Abril, para conocer la historia del comedor.

Sin dudas, los platos de Danubio Azul tienen un sabor característico, con sus tradicionales pastas y opciones variadas, han sabido traspasar toda barrera que se haya presentado y seguir año tras año ofreciendo la calidad que los representa.

¿Cómo surgió Danubio Azul?

Con notables emociones presentes, María Elena comentó que la historia del comedor comienza varios años atrás. En su juventud, cuando trabajaba frente a la parrilla que se ubicaba en la esquina de calles Rocamora y Eva Perón (donde actualmente se encuentra Big Lola), conoció a Néstor Filippini, quien después de un tiempo terminó siendo su pareja de vida.

Luego de tres años estando de novios, decidieron casarse y comprar la esquina donde estaba la parrilla, para continuar con una tradición gastronómica que traía la familia Filippini.

“Con mucho esfuerzo y ganas empezamos a trabajar en el lugar, yo era quien cocinaba y mi marido atendía la parrilla. Siempre en familia y enfrentando todo lo que se presentaba”, indicó María Elena.

Tras casi 30 años en el rubro y ya habiendo formado una familia con tres hijos, decidieron cerrar el lugar. Sin embargo, con la fuerza de quienes los rodeaban, decidieron no quedarse quietos y volver a apostar en la gastronomía en la ciudad. Así fue que, en marzo de 1997, abrieron Danubio Azul en la esquina de calles 3 de Febrero y San Martín.

El origen del nombre

Como todo en ese lugar, el nombre también tiene su toque de amor y familia. María Elena explicó que eligieron “Danubio Azul” debido a que, en su luna de miel con Néstor, viajaron a la costa y frecuentaban mucho un lugar con ese nombre. De esa forma, entre memorias y buenas vibras, nació el comedor con su inconfundible nombre.

La innovación en el servicio

“Fuimos los primeros en tener mozas atendiendo el lugar, en ese momento solo se veía a hombres grandes haciendo ese trabajo. Primero comenzaron mis dos hijas y luego fuimos contratando más gente, pero siempre eran todas mujeres”, indicó la dueña. Seguidamente indicó que en la actualidad sigue siendo igual, con la mínima diferencia que en la cocina solo hay dos hombres.

La familia, un pilar indiscutible

No hay dudas que Danubio Azul está hecho a base de unión familiar y mucho cariño. Abril, una de las nietas de María Elena, comentó que para ella es un gran honor trabajar con su abuela.

«Uno de esa forma sabe lo que realmente es el lugar y para mí, sin dudas, que es algo hermoso poder trabajar con ella. El valor que le agrega es inmenso y se hace muy especial el día a día. Algo que destaco mucho es que se puede separar el vínculo afectivo-familiar y el laboral, el estar presente genera una relación que es realmente apreciable», expresó la joven.

«Trabajar en familia nos enseñó muchísimo, la cultura del esfuerzo que tienen nuestros abuelos es para destacar y valorar. Todos nos tratamos muy bien por lo que de esa forma se hace más llevadero el día acá», agregó Abril.

Entre muchas emociones, la joven recordaba su infancia dentro de la gastronomía. «No hay dudas que las raíces están presentes, con mis primos nos criamos entre las ollas, muchas veces dormíamos uniendo las sillas del comedor o con el catre en la cocina entre las heladeras. Estábamos más horas acá que en nuestras propias casas, de esa forma es indudable que de alguna forma continuaremos dentro del ámbito, cada uno a su forma, pero siempre ligados a lo mismo», comentó la nieta de María Elena.

El desafío de la pandemia

Sin dudas el Covid-19 afectó notablemente la vida de la gente, y sobre la gastronomía, fue un sector que tuvo que innovarse para poder afrontar los cambios y seguir abierto. En el caso de Danubio Azul, su dueña aseveró que fue un tiempo muy duro para el lugar, sin mucho para hacer tuvieron que cerrar las puertas y buscar la forma de seguir trabajando, así fue que decidieron no frenar e incrementar las opciones para enviar los platos.

Se trabajó con delivery durante todo el tiempo que debieron estar a puertas cerradas, “cada plato que salía se festejaba con mucha emoción ya que era todo un logro”, realzaron.

Los platos tradicionales y un sabor indiscutible

Con tantos años, uno creería que es difícil mantener la calidad y el sabor de los platos, sin embargo, en Danubio Azul, todos los que llegan expresan que siguen disfrutando la misma comida con el pasar del tiempo. Tras casi 30 años, María Elena, sigue manteniendo las recetas tradicionales en la carta.

«Nos ha pasado que la gente se acerca al mostrador luego de comer y nos expresa que los platos le recuerdan a los de sus abuelos o madres y que, además, reconocen los mismos sabores que tuvimos siempre. Sin dudas eso nos alegra muchísimo porque siempre tratamos de mantener la misma calidad para nuestros clientes y, que se acerquen a decirlo es un acto de cariño que agradecemos enormemente», expresó María Elena.

El reto de la carta

Con tantos años en al servicio de la gastronomía, sin dudas que la familia Filippinni supo adecuarse y transformarse a lo que sus clientes pedían. Así fue que, hace unos años, veían que la gente pedía siempre una entrada, plato principal y un postre, pero luego la tradición de comer los tres platos se modificó por lo que día a día van pensando y transformando lo que pueden ofrecer para que los comensales estén siempre satisfechos. «Hemos ofrecido promociones para que disfruten del servicio completo y también para que puedan elegir unirlos como ellos deseen. Además, por ejemplo, si alguien desea pedir una carne con una salsa que generalmente va con otra puede hacerlo sin problema», indicaron.

«Tenemos platos que los ofrecemos desde nuestros inicios, otros los hemos sumado y también están los que se han modificado, pero nuestra idea es mantener nuestros orígenes siempre presentes», agregó la dueña.

Sin dudas que, Danubio Azul, es una excelente opción para combinar sabrosos platos de comida con un lugar grato para compartir con quien se desee. Además, cuenta con una atención especial que hace mejorar a grandes rasgos la experiencia.