Walter Crespo, de 23 años, habría sido herido gravemente por su compañero, Fernando Palacios. Según vecinos, participaron de los saqueos a comercios de Concordia y uno mató a otro tras una discusión por la faltante de parte del botín.
Un crimen que nunca salió a la luz fue el de Walter Crespo. Los vecinos dicen que es la historia de un joven que participó con un su amigo de los saqueos a comercios de Concordia y se pelearon por lo robado. En medio de la convulsión por los saqueos, cuando amanecía el martes 10 de diciembre, los vecinos se despertaron por los gritos desgarradores que venían del lado de la orilla del arroyo Cambá Paso. Cerca de los sanitarios abandonados del viejo balneario, alcanzaron a ver a los lejos como un hombre castigaba a otro con un palo.
Walter Crespo, de 23 años, habría sido herido gravemente por su compañero, Fernando Palacios. Dijeron que dos días antes habían participado de los saqueos integrando las hordas que robaban todo a su paso.
Un vecino aseguró a Diario El Sol, que habrían escondido una parte de la mercadería que habían robado durante los días de locura y como existió un faltante del botín, comenzaron a discutir.
Crespo acusaba a Palacios de haberlo traicionado en el reparto de las cosas. Cerca de las 3 de la madrugada comenzó la discusión que iba subiendo de tono y, finalmente, a eso de las 5, cuando empezaba a amanecer, Palacios le habría desgarrado el abdomen de una puñalada a su amigo, después lo habría herido en la pierna y lo habría marcado en el cuello para degollarlo. No contento con esto, lo habría golpeado en la cabeza.
Crespo aun estaba con vida y los vecinos llamaron al servicio de emergencia, fue trasladado hacia el hospital Masvernat donde después falleció.
Fernando Palacios fue detenido y le dieron preventiva. En el momento de declarar Palacios dijo como coartada que el ataque a Walter Crespo “fue por celos, él era mi novio”. Los vecinos dicen que todo es mentira porque a Crespo “le gustaban las mujeres”.
Contaron que era oriundo de General Campos y que había vivido en el barrio El Silencio, era trabajador de la fruta y su amigo tenía antecedentes.
Para poner un broche de oro a la historia cuando se enteraron de la muerte de Crespo los vecinos le prendieron fuego a la vivienda que habitaban ambos.