Es un ídolo de los "narcocorridos" de Sinaloa pero no escribe sobre el Chapo Guzmán.
“¡Ando buscando al más borracho!”, grita “El Komander” cuando entra al escenario de la Feria del Caballo de Texcoco, una localidad en el centro de México golpeada en las últimas semanas por tiroteos y cadáveres mutilados a los costados de las autopistas.
El cantante señala a un hombre de la primera fila, que levanta la cara y abre la boca para recibir un chorro de su costoso whisky. “Es guapísimo, y me encantan sus canciones, todas; los corridos fuertes y las románticas. ¡Lo amo!” dice extasiada una asistente al concierto de 18 años.
“Nosotros somos fanáticos de los corridos y no entiendo por qué le cancelaron el concierto; sus letras no son amenaza, la amenaza ya está en las calles de por sí”, comenta un comerciante de 31 años enfundado en un traje negro con saco rojo, pulseras y collares de oro, acompañado de su hijo de 10 años.
Es que Antonio Ríos, más conocido como El Komander, es uno de los principales referentes del Narcocorrido, el género de música popular mexicana que surgió en la última década para cantar las aventuras de los narcotraficantes locales. Nacido en culiacán, el cantante saltó a la fama como integrante del Movimiento Alterado en 2009 en el estado de Sinaloa, cuna del recientemente capturado Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Los narcocorridos relatan con crudeza las historias de los narcos. Sus cantantes están amenazados por partida doble: desde 2006, 50 intérpretes fueron asesinados; pero además, son perseguidos por las autoridades que los acusan de apología del delito.
Ríos tuvo que pagar una multa por cantar narcocorridos en una feria de Chihuahua el año pasado. Tenía programado un concierto el 11 de abril en una feria de Cuernavaca, en el estado de Morelos, donde la criminalidad está en aumento. El show fue cancelado el viernes pasado porque el gobierno estatal considera que hace “apología de la violencia”.
“Yo no apologié (sic) a nadie, mi música es música solamente, letras no me las traje del espacio, ni de Marte; eso es lo que hablamos los mexicanos”, insiste El Komander en diálogo con la agencia AFP. Ríos está custodiado por una docena de hombres. Cobra alrededor de 25.000 dólares por concierto. En cada show se vende merchandising como collares con miniaturas de rifles AK-47.
Ríos compuso un corrido sobre el recién abatido Nazario Morenos, alias “El Chayo”, líder de Los Caballeros Templarios que el gobierno había dado por muerto en 2010. Por eso, en una conferencia de prensa, le preguntan si piensa homenajear al “Chapo” Guzmán. “Como está la cosa ahorita, yo creo que no”, responde entre risas.
El Komander insiste en que sus letras sólo reflejan la violencia del narcotráfico que padece México desde hace al menos 10 años. “Yo canto canciones de ‘party y fiesta’ (…), no voy a ir contra la leyes, si decidieron que no vaya a un concierto pos no voy y ya”, concluye.