«…seguimos evocando en nuestra retina el cabalgar de su caballo, con el neto y claro paisaje del villorio donde transcurrió su infancia. Y este era el hombre avezado que dominará a los aguerridos gauchos que lo siguen; era el caudillo de las montoneras «entrerrianas». Y eran «Los dragones de la muerte» organizados y disciplinados que fueron formidables por su empuje, por su adiestramiento y por su bravura» (Aníbal S. Vázquez- historiador). Ya es leyenda su romance y su dama, la coronela de su ejército, la Delfina. Su corta vida fue prolífera y señera. Tenía 35 años cuando el fulgor brillante de su estrella, comienza a palidecer.
Su espíritu no se arredra y continúa en la lucha. Estamos evocando una figura magistral de nuestra historia entrerriana y de la organización de Entre Ríos ¡Pancho Ramírez!, el general, el hombre, el de los amores, el de las canciones, el de la leyenda junto a su Delfina. Se siente en las venas un llameo de brasas y un relincho de pingos!.. El caudillo de Entre Ríos, cayó peleando frente a un enemigo superior en número. Fiel a su bandera y a lo que había sido el objeto de los últimos años de su vida. Así se perdía para siempre el rastro físico de quien en su vida, fue vigoroso paladín de la libertad y del derecho de los pueblos a organizar la patria federativamente. Todas estas virtudes, por sí solas, se enmarcan de gloria su trayectoria y lo hacen merecedor de nuestro homenaje.
María Isabel Latorre