La llegada de la fibra óptica todavía en espera

En los últimos meses el gobierno nacional retomó la idea, que está en línea con el uso de cada vez más países y admitió que la red troncal de fibra óptica está tendida.

Faltan las bajadas o conexiones a cada localidad y a cada domicilio, que se debe hacer a un costo similar a la inversión hecha hasta ahora. Autoridades de la empresa estatal Arsat han anunciado la continuación del plan del anterior gobierno, con el objetivo de conectar durante los próximos dos años a más de 1100 localidades de la Argentina a la red federal de fibra óptica para que sus habitantes puedan acceder a servicios de Internet de banda ancha de alta calidad y precio accesible.

Se trata de universalizar la inclusión digital, achicar la brecha digital: potenciar las economías regionales y mejorar calidad y velocidad de la conexión, son algunos de los objetivos que se persiguen. En la provincia de Entre Ríos las ciudades-objetivo son las más grandes, pese a que se insiste en la federalizar el acceso.

Actualmente el servicio se concentra en los grandes centros de población, sobre todo en el conurbano bonaerense, de modo que el  70 por ciento del territorio provincial no tiene servicio  confiable de internet. Según la promesa renovada, Arsat pondrá a disposición de empresas  y cooperativas locales la posibilidad de que más de 1100 localidades accedan en dos  años a la red troncal de fibra óptica, de más de 32.000 kilómetros

La intención de Arsat es prestar  servicios de transporte de datos e Internet mayorista a los proveedores locales, que tenderán las redes locales y las harán las conexiones domiciliarias. El plan propone incorporar en dos años localidades pequeñas y medianas al servicio de internet por banda ancha y de los demás que puede transportar la fibra óptica, un módem, los programas idóneos y cuando el servicio es malo, como en buena parte del país, mucha paciencia.

Si se usan líneas telefónicas para bajar datos, la demora puede ser muy grande, pero con la fibra óptica todo cambia. Estos circuitos son filamentos de vidrio o plástico del espesor de un cabello, que  llevan mensajes en forma de haces de luz que van de punta a punta a pesar de las curvas o esquinas. En la fibra la señal se debilita menos que en los conductores de cobre, ya que no tienen refracción ni dispersión de luz.