Remisero que volvió de Buenos Aires no cumplía la cuarentena obligatoria de 14 días

Personal policial realizó ayer una constatación ante un supuesto caso de un remisero de Concepción del Uruguay que había realizado un viaje a Buenos Aires con pasaje, y a su regreso no había acatado la cuarentena obligatoria de 14 días, dispuesta para quienes viajan a zonas endémicas por Coronavirus.

Según se pudo saber, el procedimiento se realizó en una estación de servicio céntrica de la ciudad, donde el remisero se disponía a cargar combustible. Personal policial notificado del viaje a Buenos Aires de esta persona, lo abordó para notificarlo de que debía cumplir con la cuarentena obligatoria por 14 días.

El Decreto municipal Nº 26.330 dispone que deberán permanecer aislados y en cuarentena por el término de catorce (14) días las personas que teniendo residencia en la jurisdicción de la ciudad de Concepción del Uruguay tengan un historial de viaje o residencia en zonas de riesgo epidemiológico de transmisión local, ya sea comunitario o por conglomerados COVID-19 en Argentina; o que hayan estado en contacto con casos confirmados de COVID-19; o que tengan un historial de viaje fuera del país dentro de los catorce (14) días anteriores al regreso a esta ciudad. Lo mismo ocurre con los remiseros o taxistas que viajen a ciudades fuera de la provincia de Entre Ríos, los que serán controlados de manera estricta al ingresar al territorio entrerriano y a su vez, al ingresar a la ciudad, debiendo guardar cuarentena obligatoriamente por 14 días.

“Se trata de una tarea de prevención a la que todos nos debemos someter de manera estricta. La normativa es clara para evitar la circulación de personas que hayan estado en zonas donde hay circulación del virus”, explicaron desde la Justicia Federal. El hombre deberá cumplir con el aislamiento obligatorio, evitando contacto social por 14 días, con controles de personal de Salud.

Psicosis

Seguramente este caso generará un importante grado de psicosis en la comunidad. Lo mismo ocurrió en el caso del transportista que provenía de La Matanza y se sintió enfermo en la ruta, por lo que solicitó asistencia en el puesto de Gendarmería. La paranoia y la angustia de muchas personas, llevan a que en las redes sociales, la información mute a algo que es realmente preocupante: la discriminación y la violencia.

Por este motivo, La Prensa Federal no publicará la fotografía del procedimiento policial. Un trabajador del transporte no es la amenaza. Un trabajador de la salud o alguien que trabaja por nuestra seguridad, tampoco. La verdadera amenaza es que como sociedad no podamos cuidarnos, porque si alguien está enfermo, hay que cuidarlo. La verdadera amenaza es el miedo y la desinformación, porque si alguien no cumplió con lo que marca la Ley, debe ser sometido a lo que la Ley manda, según protocolos que se vienen cumpliendo correctamente y que permiten, por ejemplo, que en la ciudad no haya casos positivos de coronavirus.

Mucha gente tiene el insulto, el agravio, la amenaza o la violencia en la palma de la lengua. La violencia, solo genera más violencia. Una cacería de brujas, atrasaría cinco siglos a nuestra comunidad, tratemos de evitarlo.