Selección Argentina: Camila Suárez la manija uruguayense de La Gigantes



Obligada a asumir un rol protagónico tras la baja de Melisa Gretter, la joven base uruguayense brilló en su debut con la camiseta nacional.


Camila Suárez fue el factor desequilibrante en la victoria del debut de Argentina en la AmeriCup Femenina. La base de Obras Basket, surgida del Club Alamfuerte de nuestra ciudad y luego del Tomás de Rocamora, brilló con un asombroso desempeño, llevando el timón del equipo y asumiendo una responsabilidad muy grande dentro de la estructura con la salida obligada de la capitana Melisa Gretter. Lejos de achicarse, a sus 20 años y en su primera noche con la camiseta celeste y blanca, la entrerriana tomó el mando y la rompió como una experimentada más, como si fuera una veterana de mil batallas que luchó contra todos los obstáculos que se le pusieron por delante.


Tan importante fue su tarea que sus 13 puntos, 4 rebotes y 5 asistencias la encumbraron como una de las figuras de la cancha junto a Macarena Rosset, otra pieza clave con una historia tan profunda como conmovedora. La desfachatez de Suárez fue el conductor anímico del equipo, la batalla de David contra Goliat de una joven jugadora que contagió a todas y que en su debut en la Selección absoluta dejó un relato tan anhelado como soñado.


¿Contame un poco todo lo que pasó y cómo lo vivieron?

Sí, sin dudas. Estaba segura de que después de tantas malas iban a llegar las buenas, y finalmente llegaron. Creo que eso nos fortaleció como grupo, porque tiramos todas para el mismo lado, cuando una se equivocaba estábamos todas ahí para levantarla. Y eso es lo que habla tan bien del grupo, de las buenas personas que tenemos acá porque realmente es así. Contenta por lo que se hizo en la cancha, porque nos sirvió para ganar y sobre todo para darles una alegría a las tres chicas que se quedaron en el hotel. Trabajaron muy duro para llegar a este torneo, y que les haya pasado todo eso es un bajón. Pero tengo que decirte que acá nosotras no somos 9 jugadoras, sino 12, porque sentimos en todo momento el apoyo de las tres que no pudieron venir y también de todas las que son parte de este proceso que arrancó a entrenarse desde hace más de un mes. Todo esto nos ayudó a fortalecernos como equipo y desde el día en el que pasaron todas las malas nos hicimos aún más unidas. Creo que eso habla bien de todas nosotras. Es una alegría tremenda haber podido este primer paso.

Con todo lo que pasó y la ausencia de Gretter, te cambió el rol y hasta la función.

Sí. Me cambió mucho el rol, pero las oportunidades llegan y hay que saber aprovecharlas. No pensé que esa oportunidad me podía llegar tan rápido, tener la oportunidad de debutar y hacerlo de esta manera. Pero la verdad es que me deja muy contenta. Pasó todo esto con las chicas y tenía que afrontarlo, asumir esa responsabilidad mayor quizá. Cuando nos hisoparon a todas en estos últimos días rogaba que demos negativos todas, pero estas son cosas que pasan y ya está. Es una circunstancia, en el camino nos fuimos encontrando con piedras y teníamos que esquivarlas. A veces estas cosas te pueden jugar en contra, pero nosotras estuvimos fuertes y unidas en todo momento, y creo que eso es lo que se vio reflejada en la cancha porque lo hicimos por todas y cada una de nosotras.

¿Cómo fue esa previa?

Tuve muchísima ansiedad, unos nervios tremendos, pero cuando pude pisar la cancha dejé todo eso de lado y jugué haciendo lo que sé hacer, lo que me trajo hoy hasta acá, lo que hice durante la Liga y en todo este tiempo que estuve entrenando. Súper contenta por lo que pasó. Fue un debut soñado.

¿Te lo imaginabas?

No lo imaginaba tan así, pero sí sabía que iba a dar lo mejor de mí en todo momento, todo lo que el equipo necesite de mí. De eso no había ninguna duda. Es mi juego, soy así, y creo que esa esencia no la voy a perder porque es algo que me caracteriza.