Sociedad 09/03/14

DIOS ES VIDA

1er domingo de cuaresma «… el tentador, acercándose, le dijo… » (Mt.4, 1-11) El miércoles último, llamado de Ceniza, hemos iniciado el tiempo de Cuaresma, en el que todos los años nos identificamos con nuestro Salvador, reviviendo con El su Pasión y muerte, para prepararnos a resucitar con El en la Pascua. En el umbral de la Cuaresma, el Evangelio de este primer domingo nos presenta a Jesús tentado por el demonio en el desierto. Lo primero que hizo Jesús antes de comenzar su predicación, fue retirarse al desierto para ayunar y orar, hablar con su Padre. Así como El, la Iglesia nos invita en este tiempo a fotalecernos con el ayuno, es decir a dominar nuestras inclinaciones, y a profundizar y reforzar nuestra vida de oración, nuestro encuentro y diálogo con Dios, nuestro Padre.

 

De este encuentro en la oración, recibiremos la luz y la fuerza para que nuestra vida crezca y avance cada día, y para poder vencer las tentaciones que a diario nos tratan de apartar del camino de la Salvación. La tentación es una trampa engañosa, una seducción que nos incentiva a desviarnos del camino correcto y apartarnos de la voluntad de Dios. Como la carnada en el anzuelo, la tentación siempre se presenta como algo atractivo y deseable, pero debajo de la carnada está el anzuelo: el que se deja engañar y muerde, queda pescado por el demonio, que es muy astuto, y conoce bien nuestros puntos débiles. La tentación es inevitable, Jesús mismo fue tentado; más aún, la tentación es necesaria, pues sin ella no tendríamos la oportunidad de demostrarle a Dios nuestra fidelidad y nuestro amor. Pero no podemos presumir y vencerla, confiando solo en nuestras fuerzas y capacidad.

 

Nuestra fuerza nos viene de Dios, y la recibimos en la oración. Nos viene de la Palabra de Dios: «no solo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios». El demonio tentó a Jesús, tratando de apartarlo de la Voluntad de Dios, y proponiéndole algo más atractivo e inmediato…Se valió de la misma Sagrada Escritura, pero la tergiversó interpretándola de acuerdoa su propósito; y Jesús lo rechazó y lo venció con la Palabra de Dios, buscando su Voluntad y no la propia. La mayor tentación de nuestro mundo actual, es querer prescindir de Dios…. y ahí quedamos a merced del demonio y del mal, porque nos privamos de la única fuerza eficaz para vencerlo, que nos viene de Dios.Esta Cuaresma es una oportunidad. No caigamos en la tentación de desaprovecharla…

Con la bendición del Señor, Parroquia Santa Teresita.