Sociedad 19/09/13

LITURGIA 
Hoy, jueves de la vigésima cuarta semana durante el año, se lee una carta de San Pablo (1 Timoteo 4,1216) en la que el apóstol aconseja a su discípulo que sea «un modelo para los fieles, en el hablar y en la conducta, en el amor, la fe y la honradez»; y el evangelio de San Lucas (7,36-50) donde se narra el episodio de la pecadora que ungió con perfume los pies de Jesús, y recibió el perdón de él. 
 
SANTORAL 
San Jenaro, obispo y mártir Era natural de Benevento, ciudad de la que fue obispo. Durante la persecución de Diocleciano, el año 305, fue detenido con sus diáconos y arrojado a las fieras, pero éstas no lo tocaron. Finalmente fue decapitado. La tradición dice que la cabeza de San Jenaro fue recogida por uno de sus fieles y ahora se conserva en la catedral de Nápoles, y también un recipiente de vidrio lleno de sangre coagulada del santo. Todos los años en este día, al colocar el frasco junto al relicario que contiene su cabeza, la sangre se pone líquida y roja como cuando fue derramada.
 
Este milagro, llamado licuefacción de la sangre, se produce delante de un gentío que llena el templo, y el portento es interpretado por los napolitanos como señal de bendición de Dios. El mismo milagro se repite el 16 de diciembre. Santa María de Cervellón, fundadora Hija de un noble catalán, fue la primera religiosa de la Orden de la Merced y fundadora de la rama femenina de esta Orden. La santidad de su vida y la generosidad con que se prodigaba en las obras de caridad le valieron el sobrenombre de Socors (María del Socorro), como se la conoce hoy entre los pescadores de Barcelona, ciudad en la que murió el año 1290.