Se realizó anoche a las 20, la primera marcha pidiendo justicia y castigo a los asesinos de la trabajadora Susana Uran, muerta tras recibir un puntazo en la cabeza al ser víctima del robo de su celular.
Un centenar de personas se concentraron frente a la Escuela Normal y caminaron en silencio por plaza Ramírez, realizando un alto frente a la Jefatura de Policía y el edificio de Tribunales. Con total orden recorrieron el perímetro del principal paseo público céntrico de Concepción del Uruguay, para finalizar en el lugar de partida, donde permanecieron varios minutos, escuchándose aplausos y pedidos de justicia. En la marcha se observó la presencia de distintas personas que quisieron acompañar a los familiares y compañeros de trabajo, como ser el doctor Carlos Casas, titular del CUCAIER y de la madre de Diego Wetzel, asesinado en abril de 2012, quien se confundió en un fuerte abrazo con Jonathan Urán, uno de los hijos de Susana.
En diálogo con Jonathan, este agradeció el apoyo brindado por sus camaradas de Bomberos Voluntarios y de los trabajadores, compañeros de su madre. El joven, visiblemente dolido y consternado, contó que estuvo reunido con el Secretario de Gobierno Ricardo Vales y que recibieron el apoyo desde la Municipalidad, indicando que «Lo que ocurrió nos destruyó y estamos pidiendo que los asesinos lo paguen. Desde el municipio, se nos dio ayuda laboral ya que le dieron trabajo a mi hermano y para que no se pierda el ingreso del sueldo de mi madre, me lo pasaron a mí. También se nos dio comestibles y Rocía Aranda Fernández, nos contactó con una psicóloga para asistencia. Nos constituimos como querellantes y nuestro abogado, el doctor Luis Carrozo, será quien siga la causa de cerca.
Sabemos que nada hará que recuperemos a nuestra madre y todo será poco, pero solo esperamos que se haga justicia y que estos asesino no salgan en libertad». Y agregó: «Así como le paso a mi mamá le puede llegar a pasar a muchas mujeres. Era una trabajadora y estas basuras por un celular decidieron matarla a mi madre y eso no es justo. Yo quiero que ellos la paguen y que se haga justicia porque a mi madre ya nada me la va a devolver, nos las quitaron a mis hermanos y a mí». Además, Urán, quien trabaja como bombero voluntario, señaló: «Ella era una excelente persona y madre. Salía a las 4 de la mañana para poder llegar a las 5 al trabajo y yo a veces me preocupaba porque estaba sola. Hasta que un día va a trabajar y la asaltan. Estoy tratando de encontrar alguna explicación de por qué hicieron eso pero desgraciadamente no la encuentro. Queremos justicia y nada más». Actualmente los dos menores de edad que perpetuaron el asalto a Susana Urán, que trabajaba como barrendera para una cooperativa asocial, todavía se encuentran detenidos y la carátula de la causa pasó a ser de «robo agravado seguido de homicidio».